Romántico es un término que suele evocar momentos llenos de ternura y galantería o, incluso, productos derivados de una corriente artística. Sin embargo, para la industria de la moda, esta palabra puede tener múltiples significados y referencias. Después de todo, no es lo mismo un look con elementos victorianos que prendas simples, pero con detalles elaborados como flecos y transparencias. Éstas, sin embargo, son dos caras de la misma moneda en cuanto a tendencias se refiere.

Como suele suceder en la industria de la moda, los elementos de épocas pasadas se mezclan con nuevas texturas o influencias, por lo que no es de sorprenderse que el concepto se enriquezca con frecuencia. Así, durante los años 60 y 70 se lucieron algunas piezas inspiradas en culturas exóticas y los años previos a la Segunda Guerra Mundial, mientras que en los 90, los estampados florales, slip dresses y vestidos estilo baby doll fueron la norma.

La encarnación actual del look romántico tiene como influencia principal la era victoriana, pero también  elementos y detalles de décadas como los 50 y 70. Exploramos los distintos tipos de romance en outfits que puedes usar en tu vida diaria.

Nostalgia victoriana 

En la colección Primavera/Verano 2015 de Louis Vuitton, Nicolas Ghesquière fue uno de los primeros diseñadores que integró blusas y vestidos blancos, de cuello alto y acompañados de lazos, holanes y caprichosos patrones. Estas prendas integraron elementos de las blusas que estaban en boga durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, aunque también evocaron a filmes de culto como Picnic At Hanging Rock (1975).  Para esta temporada, las inspiración en dicha época se impuso en firmas como Erdem, Zimmermann y Philosophy di Lorenzo Serafini y, por supuesto, en sus versiones accesibles. Como esta pieza tiene un gran impacto visual, es importante que la combines con piezas mucho más modernas, como skinny jeans, sandalias de tacón alto, un colorido bolso crossbody o shorts en mezclilla. De ese modo, evitarás parecer extra en una película sobre la Revolución.

¿Florales para primavera? 

Groundbreaking”, diría Miranda Priestly en The Devil Wears Prada (2006). Pero hay que aceptarlo: con estos patrones —que además son un pilar en un look de inspiración romántica— es muy difícil equivocarse. No es necesario que los uses de pies a cabeza, pues por sí solos suelen ser llamativos. Para esta temporada pueden llevarse en prints muy discretos o en motivos que remitan a otras épocas, es decir, impresas sobre un fondo blanco en un vestido (si es un slip dress, mejor) o con formas llamativas en una falda de jacquard. Si eliges la segunda opción, te recomendamos combinarlos con básicos en colores neutros, como beige o arena. De este modo, los estampados tendrán el protagonismo en tu atuendo.

Vuelve la midi  

Heredera de la bohemia de los 60 y 70, la falda midi está presente en muchas colecciones de la temporada. Esta pieza se distingue por extenderse unos centímetros por debajo de la rodilla y viene en un abanico de texturas, colores y cortes para esta temporada. Una de las opciones para evocar un tipo distinto de romance (es decir, el de los años 50) es elegir un modelo en línea A con patrones en el ruedo. Es importante tener en cuenta que la clave para lucir impecable con esta pieza es balancear las proporciones. Por ejemplo, es mejor usar una blusa ajustada si la falda es voluminosa. En cuanto a los accesorios, te sugerimos  elegir modelos que alarguen visualmente las piernas. Un par de pumps, por ejemplo, son perfectos.

¿Con o sin flecos? 

La tendencia de fringes luce espectacular, produce movimiento y convierte una prenda en una statement piece. Por eso han sido utilizados en lugares y épocas muy distintos entre sí —como el Viejo Oeste, los años 20 y el revival del estilo gitano a finales de los 60, por ejemplo—  y son una tendencia que se ha extendido durante varias temporadas y que tiene un fuerte elemento romántico. Para atrapar miradas en una fiesta, elige una falda en macramé y combínala con una blusa con holanes o, incluso, un modelo en ante con una t-shirt blanca, si tu estilo es más atrevido. Ambas deben llevarse por dentro de la falda para crear la ilusión de una línea recta en el cuerpo.

Detalles exóticos 

Durante los 70, las blusas estampadas de manga larga solían ser usadas por las mujeres de gustos bohemios. A menudo importadas de destinos exóticos como Marruecos, la India y Afganistán, estas piezas han resurgido durante la reciente nostalgia por la década que experimentó la industria de la moda. Para esta temporada, estos estilos se transforman en piezas más sofisticadas, como jumpsuits o minivestidos. Los prints y detalles discretos como cordones en el cuello, mangas con un volumen ligero y materiales de textura suave son algunos elementos que darán un toque de romance a tu atuendo.

You better work! 

Los códigos laborales se han relajado en más de una oficina, por lo que hoy es más fácil  el integrar tendencias a tu outfit sin perturbar los códigos antes mencionados. Elige una blusa de cuello alto con detalles en encaje y compleméntala con piezas más contemporáneas como unos pantalones negros slim fit y unos pumps en charol. Los complementos perfectos para que este look se vea tan adecuado en la oficina como en una cita luego del trabajo son una chaqueta en suede —material que se convirtió en uno de los más buscados para la temporada— con una ligera inspiración militar y un bolso de estilo maletín.

Y en belleza...

La naturalidad es clave para lograr este look, además de unas de las principales tendencias en belleza. En las pasarelas destacaron rostros limpios, con ojos y labios en tonos discretos y un rubor ligero pero notorio, todo en armonía con el aspecto que la mujer victoriana —quien tenía prohibido maquillarse porque la sociedad de la época lo consideraba inmoral— tenía que llevar día con día. En la actualidad, sin embargo, este aspecto es una elección y se logra a través de una cuidadosa combinación de productos. En cuanto al pelo, existen diferentes opciones, como trenzas con aspecto descuidado, ondas suaves o recogidos con textura y algunos mechones rebeldes.

Producción: Mayra Meneses y Alan Carranza.

Coordinación de moda: Jorge Maceo.
Modelo: Sofía Berwig para Fragmentos   Maquillaje y peinado:

Irma Romero para Revlon

Manicure: Mireya Sicardo para Jessica Cosmetics

Agradecemos a Casa Quimera por las facilidades prorporcionadas para este shooting.

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