El doctor Ángel Augusto Pérez Calatayud, coordinador de la Unidad de Terapia Intensiva de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt la relación que guarda la radiación cósmica y el desarrollo de cáncer en la población de astronautas.

Acorde con un estudio realizado en 1993, de 195 personas que fueron al espacio y estuvieron expuestas a cierto tipo de radiación en el periodo de 1959 a 1991, apenas uno de 20 falleció por algún tipo de cáncer. Al momento, no se ha probado que exista una correlación entre sus muertes y su profesión como astronautas.

“La realidad es que hasta ahora no se ha demostrado que los astronautas que han estado en misiones espaciales hayan desarrollado cáncer, o al menos no tienen mayor riesgo que una persona en la Tierra, pero se debe considerar que los astronautas no estuvieron expuestos por un tiempo prolongado, a diferencia de lo que sucede actualmente que cada vez más tiempo tienen que estar expuestos a estos rayos”, comentó el investigador.

Sin embargo, es conocido desde tiempos de la posguerra que el cuerpo humano definitivamente es afectado por la radiación y existe un mayor riesgo de desarrollar cáncer, aunque varía el efecto dependiendo del tipo de radiación al que se esté expuesto y al tiempo.

“Los efectos de una exposición continua y prolongada causan daño a nivel celular y desarrolla una mutación y un crecimiento tumoral, que es el cáncer. Ya se demostró que unas cuantas horas después de estar en el espacio hay un cambio a nivel del sistema inmune. Estos cambios también se deben en parte a esta exposición a radiación”, acotó Pérez Calatayud.

La radiación cósmica, que es un flujo constante de partículas subatómicas energéticas en el espacio, cuenta con la energía suficiente para generar cambios en la estructura del ácido desoxirribonucleico (ADN).

La Tierra cuenta con un campo magnético que sirve como protección ante la radiación cósmica y solar, permitiendo así un ambiente apto para la vida. “En el espacio no hay barreras, estamos directamente expuestos a una radiación que se le llama de moléculas pesadas. Esta daña la estructura del ADN y lleva al riesgo de que empiece una reproducción aberrante de la célula”, señaló el investigador.

Si bien se ha demostrado que sí aumenta la probabilidad de tener cáncer por estar expuesto a radiación cósmica lejos de la protección del campo magnético terrestre, se ha demostrado que estos índices no superan el 10%, por lo que se considera un riesgo aceptable.

El investigador comentó que otras actividades en suelo terrestre, como fumar o trabajar en un reactor nuclear, conllevan un riesgo mucho mayor de desarrollar cáncer en comparación a viajar al espacio. Sin embargo, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) tiene la meta de bajar este índice de riesgo a tres por ciento, para hacer del espacio un lugar más seguro para los astronautas.

Proyectos a futuro y riesgos

Uno de los proyectos espaciales más ambiciosos es el viaje a Marte por una tripulación humana. Este viaje supone, además de los retos tecnológicos y económicos, un largo tiempo de exposición a la radiación cósmica.

Otro proyecto, pensado para lanzarse en 2020, es ir nuevamente a la luna, esta vez por un tiempo de hasta 180 días, lo cual ya se considera una temporada de exposición prolongada. Esto implica un obstáculo importante, ya que el desarrollo del cáncer por radiación cósmica es dosisdependiente y tiempodependiente, para que exista un cambio a nivel genético.

Otros centros de investigación, como la Universidad de California en Irvine y el Laboratorio de Radiación Espacial de la NASA, han emprendido estudios para conocer respecto a otros efectos que tiene la radiación cósmica en el ser humano.

Algunos resultados muestran que los rayos cósmicos podrían detonar demencia crónica, posibles complicaciones del sistema nervioso central, daños cardiovasculares, ansiedad, problemas de memoria y disminución del rendimiento, entre otros.

El doctor Pérez Calatayud señaló que es necesario que se continúe con las investigaciones encaminadas a conocer los efectos de la radiación espacial en los astronautas, a fin de que estos se puedan mitigar a través de soluciones en tecnología, farmacología u otro tipo de estrategias para continuar con la exploración espacial.

jpe

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