La resistencia del pueblo palestino no ha podido ser derrotada por uno de los ejércitos más poderosos del mundo y con el respaldo de Estados Unidos y las principales potencias europeas. El desplazamiento de los palestinos de su territorio se convirtió en una guerra de ocupación y limpieza étnica poco después de la resolución de la resolución 181 de la ONU de 1947, que reconocía la existencia del estado de Israel y de Palestina. La Nakda (catástrofe) que inició en 1948, en la que alrededor de 700, 000 personas fueron expulsados de sus tierras por el ejército israelí y más de 500 poblaciones fueron destruidas en un proceso que se ha intensificado en los últimos años.

La reciente ofensiva inició el 7 de octubre de 2023 y el saldo, hasta este momento, es de 34,000 muertos, la mayoría mujeres y niños; pero nada indica que hayan podido derrotar al pueblo palestino. A más de 7 de meses, la resistencia continúa y ahora el gobierno de Estados Unidos redobla su apoyo al genocida Benjamín Netanyahu al aprobar una ayuda militar de 26,000 millones de dólares.

Esta heroica resistencia ha sido abrazada por los estudiantes de diversos países, pero destacan los de Estados Unidos, quienes desde las entrañas del imperio de las barras y las estrellas, que es el que sostiene al ejército israelita, levantan la voz, actúan enérgicamente y se manifiestan masivamente, exigiéndole a su propio gobierno que detenga ese genocidio, tal y como lo hicieron en 1968 con el pueblo de Vietnam, cuyas protestas ayudaron a que la lucha encabezada por Ho Chi Minh propiciará una de las mayores derrotas al ejército de los Estados Unidos. Sin duda, las protestas de los estudiantes en Estados Unidos jugaron un papel importante, pero lo que realmente determino la derrota en el campo de batalla fue la indoblegable convicción del pueblo y ejército popular de Vietnam.

En la universidad de Columbia, hace 56 años se apoyó a Vietnam, hoy se defiende la lucha del pueblo palestino. El pasado 17 de abril fueron violentamente desalojados de las instalaciones de la universidad cientos de estudiantes por realizar un campamento que demandaba un alto al genocidio, que las universidades no financien proyectos del gobierno de Israel y que se le deje de apoyar militarmente. La policía desalojó el campamento y hubo más de 100 detenidos; pero, como suele suceder con los estudiantes, esto en vez de detener el descontento, lo incrementó. Ahora son cerca de 35 universidades en Estados Unidos donde se registran campamentos de protesta y manifestaciones en contra el gobierno del presidente Joe Biden.

A pesar de la represión, las protestas están van en aumento. Una razón es porque la lucha del pueblo palestino es por la vida y por el derecho a ser libres e independientes y esta causa hoy está siendo abrazada por los estudiantes de otros países.

El movimiento estudiantil históricamente ha estado al lado de las luchas sociales. En nuestro país, la lucha de 1968 dio muestra de ello. Se trató de la continuidad de las luchas que desde 1958 desarrollaban ferrocarrileros, telegrafistas, maestros, camioneros, en contra del control estatal y de la represión hacia los movimientos sociales. No es casual que el primer punto del pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga (CNH) fuera la liberación de los presos políticos, no sólo, para los estudiantes presos sino para los líderes obreros Valentín Campa y Demetrio Vallejo.

El pasado 30 de abril, en la UNAM se convocó a la primera reunión de la Asamblea Interuniversitaria y Popular en Solidaridad con Palestina (AIPSP) contando con una asistencia de 300 universitarios, quienes resolvieron la instalación de un campamento junto a la rectoría.

Desde ahí los estudiantes hacen la invitación para que otras universidades y sectores sociales se integren al campamento, y comience a articularse todo el clamor y exigencia del pueblo de México por que se ponga un alto al genocidio en contra del pueblo palestino, que se rompan relaciones diplomáticas con Israel y que no haya ningún tipo de colaboración ni convenios de las universidades de México con empresas que apoyan al genocidio como son HP, Google e IBM.

¿Se podrá sincronizar un movimiento estudiantil de dimensión internacional en apoyo a la resistencia palestina? Ya veremos.

Por lo pronto, los estudiantes de Estados Unidos con su lucha se han colocado del lado correcto de la historia. Tomar partido por la resistencia del pueblo palestino y en contra de su gobierno que sigue apoyando el genocidio. En los tiempos actuales, no es cosa menor.

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