Oiga doctor, devuélvanos nuestra salud que empezaba a ser un derecho social real, es lo que podríamos decir parafraseando una de las letras de Joaquín Sabina. Oiga doctor, devuélvanos nuestro Seguro Popular que, aunque imperfecto, nos atendía. Oiga doctor, de nuevo le fallaron las superfarmacias y bodegas, mejor déjenos como estábamos, que no era una circunstancia perfecta, pero era una en la que veíamos avances.

Con esas ideas podríamos seguir tarareando al músico español en nuestra reflexión sobre una de las grandes demoliciones ociosas del sexenio: el desmantelamiento del sistema de salud mexicano.

Morena ha tenido muchas deficiencias tras casi seis años en el poder, pero en lo que ha fracasado totalmente es en su rol de policía y de doctor. Ahí sí son imperdonables sus ocurrencias, pues sus necedades han costado, cuestan y seguirán costando vidas. Pasamos de 20 millones sin acceso efectivo al sistema de salud pública, a la dramática cifra de 50 millones. Es decir, 2 de cada 5 habitantes del país no viven en la Dinamarca soñada, sino en el abandono, un abandono construido en este gobierno.

Esa situación no es culpa del pasado, sino del presente, del gobierno en turno que hace mucho dejó de ser el nuevo gobierno. Seis años son suficientes para dar resultados y hoy no se ve cuándo ni cómo en materia de salud. Es urgente que la ciudadanía, los partidos políticos, todos, pongamos ese tema sobre la mesa, no hacerlo sería renunciar a dar a las elecciones una de funciones principales: la función de evaluar y calificar.

La Revolución Mexicana, la de verdad —la de Francisco I. Madero, Carranza, Villa, Zapata y Obregón— tuvo una duración en su etapa más profunda de 75 meses (del 20 noviembre de 1910 al 5 de febrero de 1917). Este gobierno lleva ya 63 meses diciendo que lo suyo es histórico, que representa la nueva transformación y la verdad es que se ve tan chiquito en comparación con los verdaderos momentos estelares del país. Oiga doctor, de verdad que lo único que han hecho es cortarle las alas en los pies a una democracia electoral que estaba por pasar a ser una democracia de resultados durables, medibles, auditables, exigibles.

63 meses son suficientes para saber si una terapia, medicina y doctor van a servir y es claro que Morena no va a estar del lado de los mexicanos que necesitan atención médica. Comparado con el 2018, ahora los mexicanos gastan de su propio bolsillo 60% más en consultas externas, 49% más en medicamentos y un 96% más en estudios de laboratorio. Oiga doctor, el nuevo sistema de salud es una caricatura y con Morena no se ve cuándo habrá cura, lo único seguro es que todos estamos pagando más facturas. Volvemos a rimar con la melodía y palabras de Sabina.

63 meses en los que ya no hay excusa que valga para culpar al pasado, pues el pasado es Morena misma, son ellos los que han gobernado por media década y no ha habido capacidad para comprar y distribuir de forma inteligente y completa los medicamentos más básicos, eso no tiene nada de estelar y menos de transformación positiva.

Un gobierno de, para y por los ciudadanos es un gobierno que rinde cuentas, que es evaluado, que acepta que en las urnas deben tomarse decisiones sobre datos y hechos reales. Urge que llevemos la campaña y la elección a la arena de la realidad de las cosas, a la información verdadera, porque hoy por hoy —para cerrar parafraseando también a Sabina— estamos frente a una maquinaria de propaganda que pretende que Morena gane con Mentiras Piadosas.

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