Mañanera tras mañanera hemos visto a López romper con el orden jurídico y usar la fuerza del Estado y los recursos de todo el gobierno federal para atacar a quien lo cuestione.

Probablemente López sea el presidente del que tengamos la mayor evidencia de infringir la ley, solapar la corrupción, garantizar impunidad y hacer un uso abusivo del poder.

¿Por qué un presidente que dice adscribirse a la izquierda política viola tan sistemáticamente los derechos de los ciudadanos? Para distraer a la opinión pública y así evitar responder por las evidentes fallas y la corrupción de su familia y de su gobierno.

Con pocas horas de distancia, Lopez atacó primero a Ceci Flores, fundadora y líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, quien busca a su hijo desaparecido desde 2015, para luego hacerlo, con la prestigiada investigadora y activista María Amparo Casar.

La madre buscadora cometió el terrible crimen de exhibir la existencia de un crematorio clandestino en la alcaldía Tláhuac, a pocos pasos de la alcaldía Iztapalapa, donde hasta hace poco gobernó Clara Brugada, candidata morenista a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Ante ello, el presidente, su candidata presidencial Sheinbaum, el actual jefe de gobierno Batres y la misma Brugada, salieron a acusar a Ceci de mentir con el único objetivo de dañar las campañas de Sheinbaum y Brugada.

El otro caso, el de Mario Amparo -quien ha sido una figura determinante del activismo social, del combate a la corrupción- es una clara vendetta de López en contra de quien ha exhibido en múltiples ocasiones la corrupción de sus familiares, amigos, aliados y compañeros de partido.

En la mañanera del viernes López aseguró que Casar había mentido acerca de la muerte de su marido para garantizar el pago de una pensión vitalicia. Para ello exhibió documentos privados, información confidencial de la activista y de su hija y obligó al titular de Pemex a exponer el supuesto caso.

El odio de López hacia María Amparo es por su trabajo, uno que fue determinante para revelar actos de corrupción de la administración de Peña y que López aplaudió y usó a lo largo de la campaña presidencial de 2018.

Lamentablemente para López, el trabajo de María Amparo es independiente de quien gobierna, se centra en exhibir la corrupción, sea quien sea el mandatario y por ello ahora le toca que Casar haga públicas las robarías y desfalcos de sus familiares y colaboradores cercanos.

¡Todo mal! En ambos casos, si el presidente contaba con información de un supuesto montaje por parte de Ceci o de hechos de fraude por parte de María Amparo, estaba obligado a callar y dejar que la justicia tomase su curso de manera independiente y objetiva.

De ninguna manera Lopez podía o puede violar el derecho al resguardo de información personal, a adelantarse a cualquier investigación y emitir un juicio, como tampoco puede hacer uso de los recursos del Estado para dañar, calumniar y castigar a cualquier persona.

Es decir, Lopez no debe ni puede violar los derechos humanos de las y los mexicanos.

Para aquellos que pueden justificar estos hechos, que aplauden la corrupción de Lopez y su desprecio por la ley, es necesario recordarles que el presidente juró respetar y hacer respetar la ley.

También es importante señalar que existe una marcada diferencia entre los deberes y derechos de una autoridad y de un ciudadano. Mientras que los ciudadanos podemos actuar, hacer todo aquello que no esté expresamente prohibido por la ley, las autoridades pueden actuar sólo con base en aquello que la ley le autoriza y mandata.

Bajo ningún argumento Lopez puede justificarse alegando ser un ciudadano común. López no es un mexicano más, es el titular del Ejecutivo Federal y por ende debe ser el primero en respetar la ley y los derechos humanos colectivos e individuales.

Con dichas conductas se puede afirmar que Lopez se portó como un misógino, un violento y una persona que no tiene respeto por la ley.

Otro aspecto que cabe mencionar, es que con su actuar López entorpeció e hizo inoperante cualquier ejercicio de procuración de justicia ¡ningún juez podría proceder a dar entrada a un caso en el que existe tal cúmulo de violaciones al proceso!

¡Tal vez por eso Lopez hizo lo que hizo! Tal vez de manera, calculada y a sabiendas de la inocencia de ambas mujeres, violó ex professo el debido proceso para hacer inoperante la justicia.

Es probable que López haya usado supuestas investigaciones en contra de las activistas sólo para salir al paso de los tantos fracasos de su gobierno, mientras manchaba el nombre y amedrentaba a personas que critican la falta de resultados de su gobierno. Aún más, parte de la ganancia secundaria de Lopez puede ser que, ante falta de alguna acción legal en contra de Ceci o Maria Amparo, puede criticar y denostar al Poder Judicial.

Las mañaneras son la evidencia de cómo Lopez desprecia la ley y viola los derechos humanos.

Afortunadamente, éstas han quedado grabadas y podremos recordar como una y otra vez López incumplió con la promesa que le hizo a todos los mexicanos de respetar y hacer respetar el orden constitucional, y con ello, será recordado como el presidente que más ha violado derechos humanos en la historia reciente de nuestro país.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano

@frarivasCoL

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