Alberto Capella

Exsecretario de seguridad

Fundador de AC Consultores

Estimados lectores, abusando de este espacio donde tengo el privilegio de escribir, gracias al apoyo de los editores de esta casa de la libertad del pensamiento, enfatizo que las imágenes que circulan a nivel nacional e internacional de las declaraciones absurdas y desfiguros de las titulares de los municipios de Tijuana y Rosarito, en Baja California (tanto a pie de calle como con reporteros y en eventos protocolarios), no corresponden a la actitud ciudadana trabajadora, pujante, pensante y promotora multicultural que por décadas ha caracterizado a la sociedad bajacaliforniana.

El día de hoy, los mexicanos despertamos leyendo en redes sociales, noticieros y periódicos que la presidenta municipal de Rosarito, Araceli Brown, entró al recinto donde rindió su segundo informe de gobierno, bajo el ritmo de la “Marcha Imperial” de Star Wars. Esta pieza, para quienes no están versados en el universo de la ciencia ficción, es la melodía que identifica al imperio malévolo de Darth Vader y compañía. Es curioso pero, indagando un poco más, me comentan que cada año ha utilizado esta pieza para acudir a estos actos protocolarios específicos, solo que este año se invirtió más en la maquinaria mediática.

Como la gran mayoría ciudadana, no entiendo qué intentó demostrar la señora Brown, acaso ¿quiso manifestar su autoridad?, ¿ser simpática? Porque el remate del que no hablan los medios es que cerró con la melodía de “La mujer maravilla”. Por otra parte, las recurrentes declaraciones de la munícipe de Tijuana, Montserrat Caballero, se han caracterizado por una profunda incongruencia que pudiera catalogarlas como paradigmas personales sin respaldo técnico.

Hace un par de días, con inusual valentía, la alcaldesa de Tijuana acusó y pidió se investigue a un grupo de promotores artísticos por lavar dinero; por otra parte, a los artistas Peso Pluma y Fuerza Regida los hizo responsables de

lo ocurrido por hacer apología del crimen organizado, sobre todo al decantarse por un grupo criminal específico. Así, debido a las supuestas amenazas del Cartel Jalisco Nueva Generación, los conciertos de ambas agrupaciones artísticas fueron cancelados.

Resulta evidente que estas acciones por parte de las mandatarias se suman a una serie de incidentes que han llevado a que nuestras actuales gobernantes adquieran notoriedad a nivel internacional, pero no precisamente por algo de la cual los habitantes de Baja California nos sintamos orgullosos. La profusión de declaraciones frívolas de ambas llega a ser ofensiva para quienes residimos en estas ciudades. En Tijuana, por ejemplo, el promedio de asesinatos diarios es de aproximadamente 5 personas, y la extorsión en forma de cobro de piso se ha vuelto una constante en lugar de una excepción.

Hoy día, existe un sentimiento de desconfianza hacia las instituciones bajacalifornianas debido a su notoria ineficiencia y la ampliamente conocida corrupción que está alcanzando su punto más alto en la historia. Mientras esta situación se desarrolla, el control territorial de la ciudad y el estado emocional de la sociedad están recibiendo cada vez mayor influencia de los grupos criminales, que ejercen un control absoluto sobre el municipio más grande de la República Mexicana. Todas las noches, la gobernante de esta localidad busca refugio en el cuartel militar, mientras sus gobernados viven en medio de la confusión y la inseguridad.

Los graves problemas de seguridad, movilidad, corrupción y otros tantos en Tijuana, Rosarito y Baja California están prolongando su existencia y esto se debe, en gran medida, a la incapacidad de quienes tienen la responsabilidad de abordar y resolver estos desafíos. También es resultado de la falta de habilidad para superar las diferencias partidistas que a menudo impactan negativamente en la gobernanza. Además, se observa un escaso entendimiento del compromiso y la responsabilidad que implica dirigir el gobierno de una ciudad o un estado con reconocimiento internacional.

Esperamos que quienes ocupan cargos gubernamentales comprendan, en un acto de conciencia, que, si no modifican sus prioridades, de acuerdo con la tendencia actual, 2000 personas más serán víctimas de homicidios en Tijuana desde hoy hasta el 30 de septiembre de 2024, último día del mandato de la actual titular de la ciudad que se encuentra en el lugar número cinco del top ten de las ciudades más violentas del mundo. No podemos negar que en

Tijuana gobierna, por desgracia, el crimen organizado… y el estado que arropa al municipio, por su nulo desempeño estratégico, es cómplice.

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