Beijing. El Partido Comunista de China (PCCh) empieza el domingo su vigésimo Congreso Nacional, un evento de enorme importancia política para el país en el que el presidente Xi Jinping debe recibir un tercer mandato de cinco años.

En total, 2 mil 296 delegados escogidos por las diferentes asambleas del partido (solo 27% de mujeres) se reunirán a puerta cerrada tras una ceremonia inaugural en el Gran Salón del Pueblo de Pekín.

Están encargados de designar a los alrededor de 200 miembros del Comité Central, una especie de parlamento del PCC. A su vez, este órgano elegirá al Buró Político del partido, el grupo dirigente de 25 miembros, entre ellos el secretario general Xi Jinping.

La composición "ofrecerá indicios importantes sobre los dirigentes que pueden ocupar cargos de alto nivel", indicó Christopher K. Johnson, investigador en el Asia Society Policy Institute (ASPI), un grupo de reflexión estadounidense.

"La tasa de rotación en el seno del Comité Central, generalmente alrededor del 60%, será un indicador de la intención que pueda tener Xi Jinping de realizar una reorganización radical", añadió.

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En la realidad, el poder en China radica en el Comité Permanente del Buró Político, un grupo de siete o nueve dirigentes (hasta ahora todos hombres), cuya composición se anunciará un día después del fin del Congreso, probablemente alrededor del 23-24 de octubre.

La Comisión Militar Central (11 miembros), fundamental porque controla el ejército, también será renovada, así como la temida Comisión Central de Control Disciplinario, que persigue a los cargos corruptos.

Pero las decisiones más importantes se toman mucho antes del Congreso entre los principales responsables del país, que tratan de acordar de antemano la repartición de los puestos del Buró Político entre las diferentes facciones.

Como en todos los sistemas de tipo socialista, el partido prevalece sobre el Estado: Xi Jinping debe su poder a su cargo de secretario general del PCC, al que accedió en 2012, y no tanto a su elección como presidente por la Asamblea Popular Nacional en 2013.

Salvo gran sorpresa, Xi, de 69 años, recibirá un tercer mandato como secretario general, y luego un tercer mandato presidencial en marzo, tras haber abolido en 2018 el límite de dos mandatos.

A su alrededor, numerosos altos cargos deben retirarse, como el primer ministro Li Keqiang y algunos de los miembros de más edad del Buró Político.

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"La verdadera pregunta es el lugar para la facción (del expresidente) Hu Jintao", considerada como reformista, en la instancia más alta del poder, estimó el investigador Jean-Pierre Cabestan, instalado en Hong Kong y socio del grupo de reflexión francés Asia Centre.

"El resto serán principalmente cercanos a Xi Jinping", auguró.

El presidente ya ha colocado a sus aliados en puestos clave, como en el caso del nuevo ministro de Seguridad Pública, Wang Xiaohong, y el jefe del partido en Shanghái, Li Qiang, que se mantiene en el poder pese a la caótica gestión del confinamiento de la ciudad en la primavera boreal.

Los analistas esperan a que Xi Jingping, jefe del partido, del ejército y del país, refuerce su posición como el dirigente comunista chino más poderoso después de Mao Zedong (1949-1976).

En 2018, la Constitución integró una referencia al Pensamiento de "Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era".

El presidente puede querer recortar la formulación a simplemente "Pensamiento de Xi Jinping", lo que, según algunos observadores, le daría un valor más universal y más poder.

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mcc

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