Ya arrancaron las campañas para elegir gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit. Tres estados en donde gobierna el PRI en sus máximas y viejas expresiones. En los tres la corrupción en el gobierno ha llegado a ser la causa de la vulnerabilidad de la seguridad de las familias.

En el Estado de México, estamos ante una reedición de las peores prácticas del PRI autoritario. Como en la época de los “Atlacomulcos” (¿ya salimos de ella?) se siguen comprando votos, a la vista de todos, frente a las cámaras. El Presidente está convertido en jefe de campaña, no paran con los spots de lo mucho que ha hecho el gobierno federal. Todo el gabinete se ha volcado a los mítines para repartir tinacos, becas, computadoras, estufas, tanques de gas, claro, a cambio del voto. Con una mano sacan el dinero de la gente de sus bolsillos y con la otra les “regalan” cosas. Por si fuera poco, con la aprobación por los suelos, la incertidumbre en la economía, la indignación por la corrupción y el miedo por la inseguridad, a Peña Nieto se le ocurre decir que la crisis está en la mente de los mexicanos.

Aunado a ello, la PGR decide que su prioridad no es investigar los feminicidios en Ecatepec, ni el robo de combustible en Tultitlán, ni los secuestros en Chalco o la extorsión en Valle de Bravo. Su prioridad es investigar a los familiares de la candidata del PAN quien va adelante en las encuestas. Filtra su preocupación para que todos se enteren justo al arranque de las campañas. Esto confirma lo que se ve venir para el 2018: el PRI no está preocupado por erradicar la corrupción en sus filas. Su estrategia es arrojar lodo y difamar sin tener que probar nada, con el propósito de desanimar a los votantes para que terminen concluyendo que “todos los partidos son iguales” y se abstengan de votar, porque eso favorece a su voto duro.

En Nayarit, el colmo del cinismo: el PRI se presenta ante el electorado exhibiendo el grado de descomposición que han alcanzado sus gobiernos estatales. Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, nos enteramos que capturaron en EU al fiscal estatal en funciones, Édgar Veytia. La máxima autoridad estatal de procuración de justicia y de investigación del delito está ahora preso acusado de producción y tráfico de cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana. Fue también hombre “clave” en la dirección de la policía cuando fue presidente municipal el hoy flamante gobernador. En cualquier país ya hubiera renunciado el gobernador. Ese fiscal no se va a quedar más años porque ya lo tienen atrapado en EU. Una más para quienes dirigen desde el gobierno de EU un discurso denostando a los mexicanos. La gente de Nayarit se merece un nuevo liderazgo.

Por su parte, en Coahuila se da una lucha similar a la del Estado de México. El PRI de los Moreira representa también una de las peores caras de ese partido en el país, y miren que hay competencia. La compra del voto se suma a las amenazas del partido gobernante. Tienen montada una estrategia de miedo para convencer a la gente de que no votar por el PRI significará perder “programas sociales” (así le dicen al reparto de dinero) y un repunte de la violencia. Pocas veces se ve tanta perversidad en la política, pues ha sido precisamente el “Moreirato” el que sumió a Coahuila en el atraso, la deuda y la inseguridad.

El PAN tiene en estos estados el enorme reto de ofrecer respuestas y salida a la indignación ciudadana. Tenemos candidatos capaces y competitivos: Josefina Vázquez Mota, Memo Anaya y Toño Echevarría; ellos darán certidumbre y un nuevo rumbo a sus entidades. Los apoyaré con gusto no sólo porque son del PAN, sino porque esos tres estados se merecen un presente más digno y un futuro más promisorio.

POR CIERTO. Venezuela sigue avanzando hacia la dictadura. Debemos ser más solidarios con el pueblo venezolano, que no quiere ni merece vivir en un régimen totalitario. Y quienes desde México apoyan este tipo de gobiernos, deben explicar si estos son sus planes para nuestro país.

Abogada

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses