Con el fin de que las personas con discapacidad visual disfruten de las obras y murales que inundan las calles, se creó "Manos a la pared", el primer circuito de murales para personas ciegas en Santiago, Chile.

"La iniciativa nace de la unión de tres mujeres que se encontraron en el Diplomado de Gestión Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Este proyecto se ideó bajo la premisa de romper con las barreras que impiden el acceso a las artes y las culturas", explica Paula Cancino, presidenta de la Asociación para la Cultura Inclusiva Mu.Cho , quienes desarrollaron esta iniciativa en conjunto con la Municipalidad de Santiago y el Centro de Cartografía Táctil de la Universidad Tecnológica Metropolitana.

En total, son seis obras las que componen este circuito: "La debutante", de Roberto Matta en la Plaza Mulato Gil de Castro; "El jugador de palín", de Francisco Maturana en la calle Mosqueto; "Ganza", de Javier Barriga en Santo Domingo esquina Miraflores; "Un surrealista llamado Matta", de Alexander Tadlock en Mosqueto esquina Monjitas; "Ludwing van Beethoven", de Jorge Campos , finalmente, "Lastarria Patrimonial", de Luis Núñez en Rosas esquina Lastarria.

Cada uno de los murales está conectado a través de una ruta podotáctil (vías accesibles con texturas sobre el pavimento), cuenta con un panel táctil que reproduce en 3D las figuras representadas y ofrece una breve descripción en braille.

Además, el circuito se apoya con la app Lazarillo , para personas ciegas, que cuenta con geolocalización y a través de audios, entrega más antecedentes sobre el significado y la historia de cada mural. La responsable de escoger los murales que integrarían el circuito fue la artista Karen Schumacher. "La selección de las obras tuvo dos ejes principales: La importancia simbólica de su contenido y la accesibilidad del espacio", explica.

Crean el primer circuito de murales para débiles visuales
Crean el primer circuito de murales para débiles visuales

El mural "Ganza" y su respectivo panel táctil para ciegos. Foto: Cortesía Mu.Cho

Para probar la viabilidad de la ruta, contaron con el asesoramiento de Mónica Sepúlveda, quien perdió la visión completamente, hace cinco años.

"Cuando me invitaron a participar no tenía muchos conocimientos. Había estado en hartos museos y siempre que voy, alguien me explica qué hay en cada pintura, pero nunca había tenido la oportunidad de tocarlas", cuenta. "Recorrimos los murales y Karen me los iba describiendo, pero fue complicado por el estado de las calles: nos encontramos con grifos, mesas y toldos de restaurantes, hoyos, postes y bicicletas estacionadas en plena vía podotáctil de Santiago", sostiene.

¿Qué tan completa es la experiencia de ver un mural a través del tacto? Sepúlveda contesta: "No es total, para serte sincera. Pero cuando le sumas otros elementos como la descripción por audio, eso ayuda aún más a entender lo que está ahí en frente".

akc

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