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Hace una semana, un grupo de niños y jóvenes mexicanos regresaron con dos medallas de oro y dos de plata de la International Mathematics Competition 2019, celebrada en Sudáfrica, una de las competencias más importantes a nivel mundial. A pesar de ello, el Conacyt, dirigido por María Elena Álvarez-Buylla, ha decidido dejar de apoyar económicamente a estos jóvenes.

La Olimpiada Matemática Mexicana (OMM) informó que Conacyt les negó recursos para el segundo semestre de 2019. Estas acciones ponen en la cuerda floja proyectos como la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas, de la que México es sede, así como el Concurso Nacional de la Olimpiada de Matemáticas.

Pero ayer, en su conferencia, el presidente López Obrador negó que le quitaran recursos a la OMM: “Son nuestros adversarios que se la pasan inventando cosas (...) habrá fondos suficientes,  ya hasta me da flojera, no hay ningún problema, no se van a quedar sin recursos”.

Tras las denuncias de la OMM y protestas en redes sociales de diversos sectores, la Secretaría de Educación Pública salió al rescate y anunció que otorgará los recursos faltantes para realizar el Concurso Nacional.

“Este proyecto lleva más de 30 años, los niños han traído buenos resultados de competencias internacionales. En los procesos de las olimpiadas nacionales participan más de 500 mil niños a nivel estatal”, señala el doctor Rogelio Valdez Delgado, presidente del comité organizador de la OMM.

Tradicionalmente, Conacyt apoyaba a las academias y sociedades científicas del país, pero desde la llegada de Álvarez-Buylla este respaldo quedó olvidado. Incluso, durante el primer trimestre de 2019, la Academia Mexicana de Ciencias, así como otras organizaciones, se vieron obligadas a cancelar sus actividades. Ante la presión mediática, Conacyt retrocedió y lanzó la Convocatoria de Vocaciones Científicas.

La OMM presentó tres proyectos en esta convocatoria, sin embargo fueron rechazados. Conacyt justificó que las propuestas no estaban enfocadas a jóvenes o grupos vulnerables, “que no mostrábamos, de manera clara, que podíamos generar apropiación de la ciencia”, indica Rogelio Valdez.

“Es incorrecto, la Olimpiada se difunde en todo el país, participan miles de niños de escuelas privadas y públicas; en Yucatán se hacen exámenes en maya. ¿Eso no es apropiación de la ciencia? Además, México (como equipo internacional) tiene uno de los índices con mayor participación de mujeres en las olimpiadas. Normalmente es de 10%, nosotros hemos logrado subir hasta 30%”, destaca.

“Es evidente, el Presidente está mal asesorado, no le están dando información pertinente. Nosotros le vamos a pedir una audiencia”, puntualiza la doctora Luz de Teresa de Oteyza, presidenta de la Sociedad Matemática Mexicana.

Ante la negativa de Conacyt, estas organizaciones han buscado otras opciones para solventar los compromisos académicos que tienen programados para lo que resta del año. El gobierno de Guanajuato los ayudará en la realización de la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas, “ellos nos van apoyar con casi todo: alimentación, hospedaje, transporte para visitas culturales, de las más de 20 delegaciones internacionales que vendrán”, explica Valdez.

Sobre la polémica, la OMM resaltó que  “no somos adversarios del Presidente, sino científicos, matemáticos y divulgadores encargados de un proyecto cada vez más exitoso”.

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