Los vehículos de procedencia extranjera, mejor conocidos como autos chocolate, siguen teniendo una importante presencia en gran parte del territorio nacional, sobre todo en los estados de la frontera norte, por lo que su regularización constituye un tema de gran interés, con el objeto de dar certidumbre a los propietarios.

Para poner en su justa dimensión este tema, basta señalar que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en abril pasado el número de vehículos de motor registrados en circulación ascendió a 41.8 millones de unidades.

Asimismo, se calcula que en todo el país circulan alrededor de 5 millones de unidades de procedencia extranjera.

Con datos preliminares de 2017, suma una racha de cuatro años, la reducción en la importación de automóviles usados, principalmente de Estados Unidos, al pasar de poco más de 513 mil en 2011 a alrededor de 100 mil para 2015; sin embargo, los retos aún son muy importantes.

Desde el 2011 y hasta marzo de 2019 se mantendrá vigente un decreto de reglas para la importación de vehículos usados procedentes de Estados Unidos y Canadá, mismo que contempla aspectos como la seguridad (situación legal), el cuidado del medio ambiente (cuya antigüedad debe ser menor a 8 años); que cumpla con certificado de origen y condiciones físico mecánicas.

Los términos actuales de este decreto han posibilitado regular la importación de vehículos disminuyendo la entrada que entre 2006 y 2008 sobrepasó la venta de unidades nuevas, y que para este año se estima representará el 8% de la venta de automotores de agencia, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores A.C. (AMDA).

Aunque no se cuenta con datos precisos, se calcula que en la zona fronteriza por su sola condición, circulan 7.5 millones de autos irregulares aproximadamente. Por ejemplo, para octubre de 2014, el estado de Chihuahua inició un programa de regulación vehicular para los autos chocolate que circulaban en la entidad, aunque sólo aplicó para aquellos que se adhirieron al Programa de Identificación Temporal, se benefició a 19 mil 223 propietarios.

Este programa vehicular fue un primer impulso; sin embargo, queda mucho por hacer, ya que para los chihuahuenses y toda la gente de las demás entidades federativas, estos vehículos son una herramienta de trabajo, ya que los utilizan para trasladarse a sus fuentes de trabajo, a las escuelas, así como para actividades de sustento. También son indispensables para los trabajadores del campo para mover insumos, cosechas y material, principalmente.

Pero, en tanto los vehículos extranjeros no sean regulados integralmente, representan un problema fiscal, ambiental y de seguridad que hace necesario implementar acciones urgentes y eficaces al respecto.

En primera instancia, es preciso saber cuántos son, dónde se ubican y qué tipo de vehículos son para estar en condiciones de diseñar e instrumentar un programa de regularización.

Haciendo hincapié, esto es muy importante para los dueños de tales vehículos, ya que forman parte de un patrimonio para ellos y sus familias, por lo que es necesario que se brinde esta regularización general estableciendo soluciones integrales y que no afecten a la economía nacional, al contrario, que con estas acciones se impulse la productividad de los trabajadores mexicanos.

Sin duda esto tiene que contribuir a reducir la inseguridad, mejorar el medio ambiente, siempre privilegiando la certeza de las familias mexicanas.

Senadora de la República

Google News

Noticias según tus intereses