La habitación de Tona, joven secuestrado y presuntamente asesinado por sus amigos, luce como lo dejó en octubre pasado cuando aceptó una invitación para acudir a la inauguración de un bar en San Juan Teotihuacán, Estado de México. Una cama cuidadosamente tendida, casi 20 pares de zapatos y unos sombreros tipo tejano forman parte del espacio donde Fabián Tonatiuh Tlalapango vivió los últimos ocho meses con su padre.

En ese cuarto del joven estudiante de ingeniería, amante de los autos y de la música regional mexicana, fue colocada una de sus fotos y la imagen tiene a su lado una veladora y el retrato de la virgen de Guadalupe. En ese espacio, su padre Fabián Tlalapango reza todos los días por el regreso de su hijo quien cumplió 22 años en enero.

En recuerdo de la fecha don Fabián llevó un pastel de chocolate con la leyenda “Felicidades Toto”, como una forma de mantener vivo su recuerdo y la esperanza de volverlo a abrazar, dice.

A siete meses de la desaparición de Tona, su padre alberga esperanzas de recuperar el cuerpo, pero sobre todo espera que la justicia sea implacable contra los tres detenidos que tiene la fiscalía, dos de ellos ex trabajadores del Poder Judicial y el tercero, presuntamente auxiliar en una agencia del Ministerio Público. Tona desapareció el 8 de octubre cuando acudió con un grupo de amigos al Centro de Espectáculos Carranza en San Juan Teotihuacán, en el Estado de México, y en los primeros meses recibió llamadas de los presuntos secuestradores para pedir 3 millones de pesos como rescate. Nunca le dieron pruebas de vida y tampoco habló con su hijo.

El 25 de abril pasado autoridades del Estado de México localizaron un cuerpo en una fosa clandestina en el poblado de San Agustín Actipan, con características similares a las de Tona. Antes del hallazgo, elementos de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS), detuvieron en diciembre pasado a Jorge Alfredo, Víctor Manuel y Jonathan, los dos últimos trabajadores del Poder Judicial. Los tres están procesados. Fabián Tlalapango Carrasco, padre de Tona, dijo que después de una semana las pruebas genéticas no han sido entregadas por lo que desconocen si el cuerpo que fue localizado en un terreno baldío pertenezca al de su hijo. Hasta ahora el cuerpo del que podría ser del joven permanece en el Semefo, de Texcoco.

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