Hoy debía ser día de fiesta para Motörhead: Después de dos años, la mítica banda de rock, nombre supremo para los amantes de las corrientes más pesadas, regresa al ruedo con un nuevo disco. Trece nuevas canciones amarradas bajo el nombre de Bad Magic.

Sin embargo, la que debía ser una gloriosa jornada en el mundo metal, se vio empañada por una preocupante noticia: La suspensión que el grupo hizo de un concierto anoche, cuando sólo habían transcurrido cuatro canciones, por problemas de salud de su líder, Lemmy Kilmister.

La velada tenía lugar en Salt Lake City (Estados Unidos), donde Kilmister encabezaba el show, hasta que agudos problemas respiratorios le impidieron seguir. El grupo le echó la culpa a la altitud.

"El público es genial, pero el aire es muy escaso. La gran altitud hace difícil respirar, y eso es lo que pasó con Lemmy esta noche en Salt Lake City. Él se siente muy mal por tener que cortar el show, pero en altura tuvo algunos problemas respiratorios. Lemmy aprecia la comprensión de todos", publicó el grupo en su perfil oficial de Facebook.

Kilmister (o simplemente Lemmy, para los fanáticos del grupo) acumula diversos problemas de salud a sus 69 años, y usa un marcapasos. Ya en 2013 debió cancelar una serie de shows agendados. En 2014, en tanto, también suspendió uno estando ya en escena, y debió ser trasladado a un hospital.

A eso se refirió en el último número de la revista Kerrang!: "Tengo algunos problemas de salud y he tenido que dejar de fumar, beber y todo eso", dijo el músico, quien confesó estar seguro de que "moriré en la carretera".

rad

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