Aquella filosa daga que entró a sus corazones en una soleada tarde japonesa todavía les lastima. Cumplir la promesa de que volverán para intentar sacarla les otorga cierto alivio, pero los integrantes del América reiteran que no tendrán paz hasta demostrar que pueden ser competitivos en el Mundial de Clubes.

“[La del presidente Enrique Peña Nieto] es una invitación que nos motiva muchísimo y compromete ahora que tenemos una representación de los seguidores del América, del futbol mexicano y la zona de Concacaf, así es que es una responsabilidad grande”, admite Ricardo Peláez, presidente deportivo de las Águilas. “No la evadimos. La vamos a enfrentar como un gran reto y vamos a tratar de hacer un muy buen Mundial de Clubes”.

El primer objetivo será superar los cuartos de final, en los que el Guangzhou Evergrande de China les eliminó durante la más reciente edición (1-2).

Peláez insiste en que la meta de los azulcrema será “hacer el mejor papel posible. Ojalá pudiéramos ganar el Mundial de Clubes.

“Vamos a enfrentar a grandes potencias, pero finalmente hay 11 contra 11 en un terreno de futbol y puede pasar cualquier cosa”, agrega.

Hasta ahora, sólo las Águilas y el Auckland City de Nueva Zelanda están clasificados para el torneo que reúne a los monarcas de cada confederación futbolística.

“Estamos muy agradecidos. Es una responsabilidad y motivación muy grande que el señor Presidente nos invite a la casa de todos los mexicanos, como él lo menciona”, reitera el ex goleador. “Nos vamos a preparar para hacer un Mundial de Clubes digno de esta institución, de México y la zona de Concacaf”.

Tienen varios meses para preparar la forma en la que sacarán esa filosa daga que todavía les lastima.

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