Las condiciones estaban puestas para que el Barcelona triunfara en Anoeta, pero una de las más preciadas joyas del futbol europeo marcó el gol que le valió el empate (2-2) a la Real Sociedad .

Alexander Isak,

el sueco que desdibujó la sonrisa culé, ya antes había truncado la ilusión de grandes clubes, por atreverse a lo que muy pocos: decirles que no.

Una temporada atrás, cuando el delantero anotaba enfundado en la casaca del Borussia Dortmund, los peces gordos del viejo continente (Real Madrid, Bayern Munich y Chelsea, entre otros) veían en él un potencial refuerzo, pero sus deseos no se hicieron realidad.

En charla con EL UNIVERSAL Deportes, Isak habló sobre los motivos que lo llevaron a San Sebastián, ciudad en la que ha encontrado la estabilidad que un jugador de 20 años necesita para forjar una carrera en el balompié profesional.

De inicio, contundente: "La Real mostró mayor interés en mí", pero se detiene a explicar. "Es un halago que equipos de esa talla pregunten por ti, pero este club prioriza desarrollar a los jóvenes y eso me impulsó a decidir", complementa.

Isak

sabe que Dortmund ha sido la antesala del estrellato para muchas figuras consagradas; sin embargo, él optó por dar un brinco más corto, que le permitiera terminar de definir su esencia como futbolista.

Luego de una cesión de seis meses al Willem holandés, se decantó por su actual hogar, del que no se plantea una pronta salida en busca de nuevos horizontes.

"No es tiempo de ir a otro equipo. Somos un plantel joven, pero muy competitivo, y aquí me siento cómodo", puntualiza, para la mala fortuna de quienes busquen un descuido y planeen "robárselo".

Sus 1.90 metros de estatura, inteligencia para desmarcarse y buen toque de balón —además de su nacionalidad— han provocado que viva bajo la constante comparación con Zlatan Ibrahimovic , algo que entiende inevitable pero elige ignorar.

"Tengo mi propio estilo de juego y no me comparo con nadie; realmente no siento presión porque los demás lo hagan, aunque sea con alguien como Ibra".

Aun así, como muchos juveniles, no oculta su admiración por el mítico atacante y lo que ha hecho por su Selección, además de su injerencia en la exposición del futbol sueco. "Zlatan ha sido un fenómeno y nunca he hablado con él, aunque por supuesto que me gustaría", admite.

La semejanza entre Ibrahimovic y Isak va más allá del rectángulo verde; ambos se han manifestado contra el racismo, pero este problema ha tenido especial impacto en el futbolista de la Real Sociedad .

Hace algunas semanas, Alexander fue víctima de cantos discriminatorios, durante un duelo que disputaron Rumania y Suecia en Bucarest. El árbitro detuvo el juego un momento y, al término del mismo, los integrantes del combinado sueco abrazaron efusivamente a su compañero.

"No soy quién para proponer castigos, pero está claro que se vive distinto cuando tú eres el afectado", considera, no sin reconocer que cree que las sanciones impuestas por la UEFA son insuficientes para erradicar el racismo en el futbol.

"Los castigos deberían ser mucho más duros; este problema ha enfermado al deporte y lo que se está haciendo no alcanza para que desaparezca", opina.

No obstante, con sólo dos décadas de vida, toma las cosas con la serenidad de un veterano y vuelve al plano futbolístico, ese en el que brilla sin importar raza, edad o preferencias.

Durante la actual campaña en el futbol español, Isak ha anotado sólo tres goles, pero eso no lo impacienta, porque dice saber que se encuentra en un proceso de adaptación.

"No se puede comparar España con Holanda, por ejemplo. Ésta es la mejor liga del mundo y el nivel es muy alto. Los goles vendrán, para eso me preparo y trato de no distraerme", expone, tranquilo de que está arropado por la plantilla más joven de La Liga, esa que, con todo y su inexperiencia, no sale de los primeros cuatro puestos de la tabla.

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