En la Ciudad de México de mediados del siglo pasado empezaron a proliferar boyas, elementos viales cuya función era separar el carril del tranvía y proteger a los peatones del arroyo vehicular en una metrópoli donde el automóvil adquiría cada vez más auge. En su momento las boyas fueron protagonistas de incontables accidentes de tránsito y con el tiempo cambiaron en forma y materiales, ahora las vemos incluso en ciclovías