Milpa Alta parece un pueblo de montaña y allí se produce el 90% del mole que se consume en Ciudad de México. Pero este lugar cubierto de bosques es parte de la capital mexicana. Y allí, parte de sus habitantes, se esfuerza por mantener vivo el náhuatl, la antigua lengua de los aztecas.

Hay árboles y plantas que han evolucionado para poder hacerle frente a suelos hostiles, ricos en metales como níquel y zinc. Y los científicos creen que las plantas hiperacumuladoras, como el Pycnandra acuminate, podrían ser usadas para "limpiar" suelos donde, por la actividad humana, ha habido una acumulación de materiales tóxicos.