
Un estudio de la Universidad de Oxford asegura que la producción de carne vacuna en Sudamérica requiere 10 veces más tierra y emite tres veces más gases de efecto invernadero que la de Europa. Otros investigadores señalan que es preciso ver "el panorama completo" y que, por otra parte, dejar de comer carne de vaca no es "una panacea contra el calentamiento global".












