Un anecdotario sobre los lazos de amistad y de creación que la autora tejió con el novelista de "El juramento", y cómo sus historias enriquecieron a decenas de alumnos

Congraciado por el Ojo de Dios, el escritor y dramaturgo traspasa el silencio y el secreto de la intimidad para monologar junto a sus personajes, dotarlos de obra, una especie de fuego que ilumina los pasajes oscuros del hombre