El otro día leí por ahí una frase que seguramente la he visto muchas veces y hasta pensando pero no me había caído el veinte hasta esta última: tu peor enemigo es la falta de confianza en ti mismx. Cuánta razón en tan poquitas palabras. Como hay días en los que puedes comerte el mundo de un solo bocado y otros en los que no hay manera de ver la esperanza o encontrar algo de motivación para hacer las cosas.  Mucho del problema de esto reside en pensar o sentir que somos las únicas personas a las que nos sucede.  No es así.

La sensación es de malestar general, pensamientos catastróficos y tendencia a victimizarnos con lxs que nos rodean. Pobres de nosotrxs que hemos perdido el rumbo o que el mundo no nos está retribuyendo como debería. Todo ese drama se puede conjuntar en una sola causa: falta de motivación. Pero el hecho de verlo significaría “tener” que hacernos responsables y eso no es algo que sea del gusto general.   Además primero tendríamos que entender por qué no estamos motivadxs.  A mi parecer, creo que idealizamos las cosas. Tanto que pensamos que se deben dar solas, sin trabajo y sacrificio, o que todos los procesos por fuerza deberían ser novedosos y  divertidos. Nos todo es divertido y si lo fuera estoy segura que resultaría aburrido.  Como en todo se darán aspectos que nos motiven más que otros,  retos más difíciles dentro del mismo camino. Los podemos llamar las terracerías mismas que nos obligan a ir más lentxs y muchas veces perder el rumbo y abandonar el destino. Si logramos atravesar esos periodos tendremos experiencia para no caer tan fácil la siguiente vez y podamos fluir más libremente.

Se nos puede ir la vida esperando que llegue la motivación sin darnos cuenta que en realidad la podemos accionar sin agentes externos. Las cosas no siempre se dan por sí solas, hay que trabajar por ellas, trascender los periodos de flojera o menos divertidos. Encontrar la manera de mantenernos activos o en la búsqueda para no caer en la “incómoda” zona de confort que solo nos atasca y nos distrae de lo que es importante.  La falta de motivación hace que perdamos confianza y hace  que algo que es perfectamente alcanzable se convierta en un imposible.  Es increíble que sea más fácil dudar que confiar en nuestras capacidades. Es cierto que es más difícil construir la confianza, pero esta debe ser más concreta que la duda, ya que la duda muchas veces es formada por miedos. Los miedos son ideas del futuro, y el futuro no ha llegado.

La confianza brindará motivación y viceversa.

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