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Desde el piso 37 del rascacielos más alto de Dubai, la esposa de un presunto miembro del cartel bosnio publicó en TikTok un video tras otro de su prístino departamento, en los que frecuentemente aparece su gato gris. Estas imágenes proporcionaron pistas suficientes para que los reporteros identificaran la ubicación precisa del apartamento, en el icónico rascacielos Burj Khalifa, así como para rastrear que pertenecía a otro personaje de interés para la justicia, Cándido Nsue Okomo, actualmente bajo investigación por cargos de corrupción en España y quien fuera director de la Compañía Nacional Petrolera de Guinea Ecuatorial, famosa por sus escándalos de corrupción.
Okomo es también cuñado del presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, cuya familia está acusada por fiscales franceses de saquear los recursos públicos del país africano, que dependen en gran medida de los ingresos del petróleo.
No queda claro si el inquilino, Dženis Kadrić, y su casero, Okomo, sabían de los supuestos crímenes de su contraparte, pero el hecho de que coincidan en un acuerdo de renta es emblemático del Dubái moderno, donde la secrecía y los largos años de políticas permisivas han dejado sus registros de propiedad plagados de dueños de dudosa reputación.
James Henry, profesor de Derecho de Yale Global y experto en paraísos fiscales, compara a los Emiratos Árabes Unidos, federación de siete Emiratos que incluye a Dubái, con la famosa escena del bar en el filme La guerra de las galaxias. “Entras y ves a los cleptócratas, y a tu izquierda a los oligarcas, en el medio, los lavadores de dinero, y atrás están los comerciantes rusos de productos básicos, aprovechando este resquicio para las sanciones”, afirma Henry: “Todos reciben los beneficios de la misma secrecía financiera básica”.
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En el caso del apartamento de Okomo, los reporteros del socio serbio de OCCRP, KRIK, utilizaron por primera vez videos de TikTok para vincular la unidad con Kadrić, un ex policía que fue arrestado en Bosnia en febrero bajo sospecha de participación en el crimen organizado, el tráfico de drogas y lavado de dinero. Fue puesto en libertad en mayo, pero sigue bajo investigación.
En el caso del departamento de Okomo, reporteros del socio serbio de OCCRP, KRIK, fueron los primeros en utilizar videos de TikTok para relacionar el apartamento con el presunto miembro del cartel balcánico, Kadrić, quien actualmente está bajo investigación en Bosnia por su participación en crimen organizado, narcotráfico y lavado de dinero. Posteriormente, especialistas en geolocalización de la oficina de investigación Bellingcatusaron los videos para identificar el departamento específico. La propiedad de éste, por parte de Okomo, fue confirmada por un contrato de renta de 2023 y por su inclusión en una filtración de datos de propiedad inmobiliaria.
Okomo no es el único dueño de inmuebles acusado de actividad criminal que encontraron los reporteros en los datos filtrados. Tras una investigación de seis meses liderada por OCCRP y el medio de comunicación Noruega E24, los reporteros descubrieron a criminales convictos, fugitivos políticos acusados de corrupción o socios de éstos e individuos con antecedentes criminales que han tenido la propiedad de al menos un bien inmueble en Dubái.
Por ejemplo, no lejos de la propiedad de Okomo en Burj Khalifa, hay un apartamento en el hotel Burj Lake que pertenece a Shwan Mohammad Almulla, un británico nacido en Irak que fue acusado en Estados Unidos en 2021 por un plan de soborno para obtener millones en contratos de reconstrucción para Irak.
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A lo largo de Grandeur Residences, un edificio en el famoso archipiélago artificial en forma de palmera de Dubai, se localiza también una propiedad de Joseph Johannes Leijdekkers, de 32 años, conocido también como “Chubby Jos”, quien figura en la lista de Los Más Buscados de la Unión Europea por supuestos cargos de narcotráfico. Asimismo, en la cercana Palm Tower Dubai, se localiza un departamento propiedad de Danilo Vunjao Santana Gouveia, hombre de negocios brasileño al que se le conoce como Dubaiano, quien ha sido acusado de lavado de dinero y fraude por supuestamente haber orquestado un esquema piramidal masivo con bitcoin en su país de origen. Desde entonces, ha iniciado su carrera como músico en Dubái, la cual documenta en una cuenta de Instagram, en la que incluye fotografías suyas posando enfrente de varias atracciones de la ciudad, incluyendo el famoso rascacielos en forma de vela, el Burj Al Arab Jumeirah.
Estos y otros registros de propiedad verificados por OCCRP y sus socios debieron haber llamado la atención de inmediato bajo cualquier análisis básico de riesgos. Sin embargo, al parecer a ninguno de estos individuos se les impidió comprar propiedad bajo sus propios nombres. Ninguno de ellos, Kadrić, Okomo, Almulla, Leijdekkers, o Santana Gouveia, dieron respuesta a la solicitud para comentar sobre estos asuntos.
Los datos filtrados, que datan principalmente de 2020 a 2022, fueron obtenidos inicialmente por la organización sin fines de lucro de Washington, D.C., Center for Advanced Defense Studies (C4ADS), que investiga crímenes y conflictos internacionales. Posteriormente, esta información fue compartida con la agencia financiera noruega E24 y OCCRP, las cuales coordinaron un proyecto de investigación global con la participación de periodistas de más de 70 medios.
Los reporteros usaron esa información como punto de partida para explorar el estatus de la propiedad extranjera en Dubái, y pasaron meses verificando las identidades de las personas que aparecen en la filtración. También se confirmó que fueran propietarios, por medio del uso de registros oficiales, investigaciones de fuentes abiertas, y otras filtraciones. Los hallazgos revelan cómo esta ciudad ha abierto sus brazos a personajes sin escrúpulos de todas partes del mundo, desde traficantes de cocaína australianos hasta parientes de dictadores africanos y un conjunto de patrocinadores de Hezbollah.
“Personajes corruptos y políticos que buscan evitar rendir cuentas, usan jurisdicciones secretas como los EAU para esconder sus recursos a plena luz del día”, dijo Maria Giuditta Borselli, de la organización C4ADS.
Los funcionarios de los Emiratos Árabes Unidos (incluidos los Ministerios del Interior, Economía y Justicia) y la policía de Dubai no respondieron a preguntas detalladas, pero las embajadas del país en el Reino Unido y Noruega enviaron una breve respuesta a los periodistas, diciendo que el país “asume su papel en “Proteger la integridad del sistema financiero global con extrema seriedad”.
"En su contínua persecución de criminales globales, los Emiratos Árabes Unidos trabajan en estrecha colaboración con socios internacionales para desbaratar y disuadir todas las formas de financiación ilícita", añade el comunicado. "Los Emiratos Árabes Unidos están comprometidos a continuar con estos esfuerzos y acciones más que nunca hoy y a largo plazo".
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¿Por qué Dubai?
Hace 40 años, Dubái era una locación desconocida en el medio oriente donde las tormentas de arena podrían correr sin obstáculo desde el desierto de Arabia hasta el Golfo Pérsico. Hoy en día es un centro financiero que se precia de tener uno de los paisajes más reconocibles del mundo: una jungla de acero futurista donde se negocian miles de millones de dólares, los influencers muestran su vida de lujo, y Tom Cruise escala el edificio más grande del mundo en una de las series fílmicas más exitosas en taquilla.
La ciudad del Golfo está lejos de ser el único lugar donde delincuentes y otras personas han escondido con éxito su riqueza en propiedades de lujo. También se sabe que los bienes raíces de la ciudad de Nueva York y Londres atraen dinero sucio.
Pero los expertos afirman que Dubái tiene mucho que ofrecer, y no solo en términos de su gran variedad de rascacielos y otras construcciones; otro factor ha sido la inconsistente respuesta de los Emiratos a peticiones de autoridades extranjeras para ayudar a arrestar y extraditar fugitivos.
Recientemente los EAU no tenían tratados de extradición con ciertos países; esto ayudó a convertir Dubái en un imán para fugitivos alrededor del mundo. A pesar de que las autoridades han incrementado su cooperación con corporaciones policiacas extranjeras en años recientes, el gobierno todavía tiene la reputación de brindar respuestas inconsistentes a las peticiones de extradición.
Los hermanos Gupta, nacidos en la India y acusados de saquear fondos públicos de Sudáfrica a través de sus vínculos con el expresidente Jacob Zuma, son un ejemplo de esto. A pesar del tratado de extradición entre ambos países, el año pasado los EAU sigilosamente desecharon la petición de Sudáfrica de extraditar a Atul y Rajesh Gupta, quienes enfrentan cargos de fraude y lavado de dinero. Esta decisión sacudió a Sudáfrica, donde las autoridades afirmaron que los Emiratos no brindaron una “respuesta satisfactoria” acerca del por qué detrás de tal decisión.
Un funcionario de los Emiratos Árabes Unidos no respondió a preguntas específicas sobre los Gupta, pero dijo que "trabajan en estrecha colaboración con socios internacionales para interrumpir y disuadir todas las formas de financiación ilícita". Los Gupta y Zuma no respondieron a las solicitudes de comentarios.
De acuerdo con Radha Stirl, abogada defensora de derechos humanos, quien encabeza la organización de asistencia legal “Detained in Dubai”, las autoridades de los EAU usan a fugitivos de alto perfil como “moneda de cambio”. “Los tratados de extradición entre naciones no necesariamente determinan que la gente sea extraditada o no”, comenta. “Lo que importa es lo que Dubái quiere a cambio y si el otro país posee para negociar algo que ellos desean”.
Al preguntársele sobre las cifras de extradición del país, Sauod Abdulaziz Almutawa, Director del Centro Contra el Crimen Financiero de Dubái, enfatiza los recientes arrestos a individuos con fichas rojas y afirma que las peticiones de extradición, que deben pasar por las cortes locales, llevan más tiempo para ser procesadas y frecuentemente enfrentan el obstáculo de millonarios equipos de defensa legal.
“Estamos incrementando, nuestra capacidad, incrementando y desarrollando nuestros recursos para satisfacer las expectativas de nuestras contrapartes extranjeras”, añadió en una entrevista con la televisión sueca (Swedish Television-SVT), el pasado marzo.
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Salir de la lista gris
Las autoridades de los emiratos han reforzado sus regulaciones en contra de lavado del dinero en años recientes, especialmente desde que el organismo multinacional que vigila el lavado del dinero, la Financial Action Task Force (FATF o GAFI, en español) incluyó a los EAU en su “lista gris”, debido a su ineficiencia para combatir el flujo de dinero ilícito. Supuestamente, tras negociar su salida de la lista, las autoridades de los Emiratos recibieron la buena noticia, el pasado febrero, de que la GAFI reconocía un “progreso significativo” y suspendía todo monitoreo adicional. Sin embargo, algunos expertos han advertido que esto fue prematuro, o motivado por razones geopolíticas. “Las recientes reformas al código penal y judicial debieron haber sido suficientes para sacar a Dubái de la lista gris este invierno, pero realmente no han modificado la naturaleza del mercado inmobiliario”, afirmó un editor en jefe de la Noria MENA Program, organización investigativa independiente sin fines de lucro.
Las reformas “no cambian lo que hace que el mercado inmobiliario sea tan atractivo para la acumulación de riqueza”, mencionó, y explicó que los compradores pueden disfrazar sus propiedades detrás de fideicomisos, sociedades de cartera y fundaciones.
En una operación encubierta, el pasado mes de marzo, un corredor de bienes raíces de Damac, compañía líder de Dubái, sugirió que aún hay vendedores dispuestos a no preguntar nada en relación con el origen de los fondos de sus clientes. Durante una visita a una propiedad de Damac, a reporteros de la Swedish Televisión les dijeron que podían comprar el apartamento con “bolsas de dinero” o criptomoneda, y que no les harían “ninguna pregunta” acerca del origen de sus fondos.
“En relación con las propiedades no se te va a preguntar nada de parte de ningún departamento, especialmente no del desarrollador mismo” dijo el vendedor. “Cualquiera que quiera comprar puede comprar”. También describió cómo las compras en efectivo de bienes inmobiliarios son la forma en que los clientes evitan cuestionamientos de los bancos acerca del origen de su dinero.
“Si vendes la propiedad y luego transfieres toda la cantidad a la cuenta del banco, entonces no hay problema, no serás cuestionado acerca de dónde obtuviste el efectivo para comprar la propiedad y después ponerla en el banco”, afirmó el vendedor.
Al solicitar sus comentarios posteriormente, un representante de Damac dijo que la firma revisa los antecedentes de sus clientes y que la compañía no tiene la política de recomendar a sus clientes la compra en efectivo. “Hagan que su reportero encubierto investigue el proceso de ventas más allá del primer encuentro con el vendedor y así hubieran sido testigos del escrutinio y las estrictas medidas que aplicamos para las transacciones que originan señales de alarma o red flags”, comentó Damac, y añadió que las afirmaciones del vendedor serían investigadas.
Cuando se le comentó sobre este incidente, Sauod Abdulaziz Almutawa, oficial de la unidad policíaca de Dubái contra el lavado de dinero, dijo que el Emirato tiene “tolerancia cero a la no observación” y que se toman medidas contra los que “hacen caso omiso” de la ley. “Dubái no es un paraíso para los fondos ilícitos o los criminales. Dubái es un paraíso para el comercio legítimo, para individuos íntegros que trabajan duro y han obtenido de otra manera lo que tienen”.
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Melissa Sequeira, gerente de servicio al cliente de Themis, una compañía establecida en Reino Unido y en EAU que ayuda a sus clientes a administrar riesgos de crimen financiero, elogió las medidas más severas de Dubái en años recientes, así como el incremento en la supervisión de los corredores de bienes raíces. Sin embargo, señaló que el cambio en los niveles más básicos todavía está en proceso, especialmente entre firmas pequeñas con recursos limitados, en un sector en donde hace tan solo unos años, “podías comprar una propiedad con sólo tu pasaporte”.
El objetivo es cambiar las cosas “desde los gerentes senior que frecuentemente se enfocan más en la ganancia que en detener el impacto negativo financiero global del crimen”, afirmó Sequeira.
Jodi Vittori, profesor de la Universidad Georgetown que se especializa en corrupción y financiamiento ilícito, sugiere que la actual guerra en el Oriente Medio pudo haber sido un factor importante para la eliminación de los EAU de la “lista gris”. Los Estados Unidos tienen la esperanza de que los EAU y otros aliados en el Oriente Medio colaboren en el intimidante reto de reconstruir Gaza, y dirigir el financiamiento a través de un país señalado por la GAFI puede resultar insostenible.
“Al facilitar la corrupción, el lavado del dinero y el crimen organizado, los EAU afectan la tarea más vasta del Occidente de combatir el crimen, desde el fentanilo hasta la trata de personas y el flujo de dinero ilícito”, afirmó Vittori. “Pero será difícil para los gobiernos de Occidente pedirle a los EAU reconstruir Gaza y al mismo tiempo presionar a la GAFI para que ponga nuevamente a los EAU en su lista gris de dinero de lavado de dinero, o sancionarlos de alguna otra forma”.