Aún recuerdo aquel impresionante equipo alemán que jugaba la final de la Copa del Mundo México 1986 , contra la Argentina de Diego Armando Maradona, y que antes nos había eliminado en aquella fatídica tarde en el estadio Universitario de San Nicolás de los Garza.

Y lo recuerdo claramente, aunque era un niño, porque tanto la como la alemana lanzaron sendos temas musicales para la justa mundialista.

“El equipo tricolor tiene mucho corazón...”, al ritmo de una marcha, mientras que los alemanes sonaban a balada con un “México mi amor...”, y luego una serie de palabras ininteligibles. Pero para los mexicanos, que los alemanes nos dedicaran una canción, causó revuelo y más cuando vimos las imágenes del equipo en las que un jugador sobresalía por su particular estilo: cabello rubio, largo y un bigote particular.

Rudi Vöeller

hacía pareja en el ataque con Jürgen Klinsmann y eran temibles como delanteros; al paso del tiempo, Rudi se convirtió en leyenda. Noventa partidos jugados con su selección y 46 goles anotados. Más de 300 goles en su carrera, que finalizó con el Bayer Leverkusen, para luego ser entrenador del mismo conjunto, la selección alemana, la Roma y volver a Leverkusen para convertirse en director deportivo.

Este sábado 14 de mayo de 2022 fue el último partido de Rudi con su rol en el Bayer Leverkusen. Celebrando el regreso de las Aspirinas a la Champions League, Vöeller fue homenajeado por el club y sus fans, momento del cual fui afortunado en presenciar. Y lo mejor, se me puso la “piel de gallina” cuando en la BayArena, casa del Bayer04, se oyó aquella vieja canción de “México mi amor”, para desearle suerte al equipo en su tour.

Casi de inmediato, tomaron un vuelo a México y se encuentran realizando diversas actividades que han incluido el amistoso en Toluca del pasado martes. Sin embargo, Rudi guarda una relación especial con México.

“El círculo se cierra aquí”, dice el exgoleador. Porque fue en México donde tuvo su último partido como jugador, y ahora como directivo. Vöeller, junto con otros seleccionados alemanes de 1986, apoya el esfuerzo de la Fundación Egidius Braun, para mantener un orfanato en Querétaro, su sede en esa Copa del Mundo. Apoyo que siguen manteniendo y que han hecho patente con una nueva visita.

Gracias, Rudi. Tu vínculo con México va a continuar. Yo voy más allá, ahora te recuerdo y te admiro por el cariño que te profesan los tuyos, y por tu manera de referirte a los míos. Danke.

@vic

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