, bicampeón del futbol mexicano, tanto a la organización, cuerpo técnico, staff, directivos y a los aficionados, que seguro siguen disfrutando.

Generaciones y generaciones pasaron para volver a tener como campeón al equipo rojinegro y, en un año, lo han podido vivir de forma consecutiva. Es un cuento de hadas.

El equipo atlista juega muy bien, a lo suyo, pero lo hace a niveles de altísima ejecución. Roza la perfección. Sin embargo, tenemos que ir entendiendo que en esa institución hay una metamorfosis y este cambio va con un desprendimiento de “formas” que tradicionalmente habían estado en la historia del Atlas.

Se transitó del dinamismo juvenil y un gran trato al balón, a jugar con vértigo y privilegiar el menor daño posible. No digo si está bien o mal, sólo que hubo un cambio. ¿A los aficionados les importa? Ni tantito. Es uno de los casos donde el fondo importa más que la forma. Eventualmente, lo que hoy funciona no necesariamente funcionará en el futuro y, por tanto, llegará el momento de volver a cambiar.

Hemos vivido un cambio drástico que nos abrió posibilidades, tras la pandemia que trastocó todos los órdenes de la vida. Hemos visto aparecer nuevos aires en el futbol mexicano. C ruz Azul y Atlas rompieron sus sequías de campeonatos, mientras que Chivas se encuentra en un bache, los Pumas hacen lo que pueden con lo que tienen, Puebla se mete a ser un animador, los Tigres se han vuelto tan populares como impopulares, y así podemos seguir hablando del rol de cada equipo. Quizás, el América es el único que se mantiene estable: siempre encuentra la forma de pelear en lo alto.

No podemos negar que las cosas han ido cambiando. Hay un nuevo orden y no querer verlo es aferrarse a conceptos acuñados en el pasado. Hay un nuevo orden que no es regido necesariamente por los llamados “cuatro grandes” o “cuatro populares”.

El caso es que, ante este nuevo orden, tenemos que aceptar que hay que poner atención en lo que hacen todos, no sólo el equipo al que seguimos. Por eso, luego vemos como “sorpresa” la llegada de nuevos protagonistas, cuando es resultado de trabajo, estructura y una búsqueda constante de la mejora.

PD. Muchas felicidades a Héctor González Iñarritu,

colaborador también aquí en EL UNIVERSAL, por su nueva posición como presidente operativo del Club América. Mucho éxito en esta nueva etapa.

@vic

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