Como anécdota o chiste, ¿en qué se parecen el

? Se parecen en que son buenos exponentes de sus respectivos deportes, pero —por alguna razón— no logran conectar con la simpatía unánime de los mexicanos, como sí la tuvieron figuras como Julio César Chávez o Cuauhtémoc Blanco .

La respuesta más precisa, quizá, tendría que venir desde la antropología social y, sin ser experto en la materia, considero que hay algo que no nos conecta con estas figuras del Siglo XXI porque se alejan de los clásicos estereotipos que hemos ido perpetuando al paso del tiempo.

La irrupción de Javier Hernández en la escena nacional es “de película”. De un día a otro, la promesa del gol nacional aparecía hablando en inglés sobre su traspaso al Manchester United . De repente, vimos a un joven mexicano hablando el idioma de Shakespeare , dando una imagen centrada, familiar, cálida.

Al paso del tiempo, Javier no defraudó. La promesa del gol que vimos en Sudáfrica 2010 se terminó convirtiendo en el máximo anotador de la Selección Nacional . Cumplió. El hijo/nieto perfecto. Muy lejano a la imagen de un gran ídolo como Cuauhtémoc Blanco , salido del barrio, bravo, “sin dejarse”, bravucón, altanero y hasta burlón. ¿Cómo queremos ser identificados?

Le pasa al “Canelo” , le pasa a “Checo” . Son grandes deportistas, pero lejos del escándalo. Tratan de mostrar su disciplina y el mejor cuidado de su imagen. Son mexicanos entregados a sus disciplinas, compiten al máximo nivel, son muy técnicos y, sin embargo, tienen muchos detractores. Más de lo que creemos, y es que estos tres personajes tienen resultados deportivos envidiables. Sus logros no pueden ser cuestionados. Ahí están.

Es el momento de preguntarnos ¿qué México queremos ser o reflejar?, ¿uno donde el talento se impone, la “picardía” aflora y la fiesta sobresale? o ¿uno donde el trabajo, la preparación y la disciplina van por delante?

 

Es momento de empezar a preguntarnos ¿qué es lo que admiramos de nuestros ídolos?, ¿por qué lo hacemos?, ¿por qué conecto o no con ellos? Seguramente, veremos que dice más de nosotros que de ellos y esa es una reflexión que tenemos que hacernos.

En lo personal, soy un ferviente creyente de que la disciplina, el trabajo, el conocimiento y la preparación, debieran ir por delante del talento, porque —como menciona Jackson Brown Jr. — “el talento sin disciplina es como un pulpo en patines. Hay mucho movimiento, pero nunca se sabe si va a avanzar, si va a ir hacia atrás o hacia algunos de los lados”.

Definitivamente, como toda tésis y antítesis, tenemos que contrastar ambos mundos para encontrar la famosa “síntesis” y tener ese punto en el que las dos posturas pueden amalgamarse, y es que Chicharito , Checo y Canelo merecen ser reconocidos como las grandes figuras que son.

@vic

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