Por: Deyanira Morales Sánchez, Centro Ibero Meneses

Acceder a la Educación Media Superior en la Ciudad de México y en ciertos municipios del Estado de México se considera un privilegio, dado el elevado número de solicitantes que buscan ingresar a escuelas públicas a través del examen COMIPEMS, así como a las bases académicas, físicas y emocionales que requiere acreditar un examen de esa magnitud. Cada vez menos logran acceder al sistema de su elección. Por ejemplo, según datos oficiales de dicha comisión, en la edición del 2023, un total de 282,596 aspirantes presentaron el examen, pero solo el 31.1% logró obtener un lugar en su primera opción.

La Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (COMIPEMS) fue creada en 1995 mediante la unificación de instituciones de educación en este nivel en la zona metropolitana con el objetivo de estandarizar un proceso que permitiera a los estudiantes de secundaria, o aquellos con certificado de dicho nivel, ser asignados a la escuela de su elección. Parte de las instituciones involucradas en esta comisión son el Colegio de Bachilleres, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, el IPN, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Dirección General del Bachillerato y la UNAM.

A pesar de que inicialmente se estableció un proceso equitativo y transparente en este acuerdo, con el tiempo se ha notado una tendencia que beneficia principalmente factores como el promedio del estudiante (que sea mayor a 7.0), su lugar de residencia y su desempeño en un examen estandarizado que no evalúa otras destrezas y conocimientos, ni el esfuerzo académico e intelectual necesario para aprobarlo. Este examen consta de 128 preguntas que priorizan habilidades matemáticas y verbales, dejando de lado otros tipos de conocimientos.

Los criterios para garantizar la asignación incluyen la elección de la opción educativa, es decir, su alta o baja demanda, el orden de las opciones, la capacidad de las instituciones y la edad del estudiante. Sin embargo, acceder a la escuela de preferencia se ha vuelto cada vez más complicado, especialmente en instituciones como la UNAM o el IPN, que históricamente son las más solicitadas y requieren puntajes cada vez más altos. Asimismo, los puntajes varían según la ubicación de la escuela; por ejemplo, las escuelas en áreas periféricas tienen puntajes más bajos en el tabulador. En contraste, las escuelas en alcaldías como Benito Juárez, Coyoacán y Álvaro Obregón exigen puntajes más elevados, favoreciendo a jóvenes que viven en áreas en las que el ingreso familiar mensual oscila entre $25,000 y $30,000 para cubrir los costos de vivienda en esas zonas.

Más allá de ser una evaluación estandarizada, este examen pone de manifiesto las deficiencias del sistema educativo público a nivel local, ya que no ha incorporado otros métodos de asignación, lo que conlleva a un proceso de exclusión en lugar de inclusión. No garantiza una educación pública y gratuita para todos los estudiantes en instituciones que fomenten una formación integral. En su lugar, las opciones más accesibles se centran en instituciones que ofrecen una educación técnica para preparar a los jóvenes para su rápida inserción en el mercado laboral.

Frente a esta problemática, el Centro Ibero Meneses busca promover la justicia social y centra su trabajo en la educación, el trabajo comunitario, así como en la salud y bienestar de la comunidad de Santa Fe. En el ámbito educativo ofrece una variada oferta de cursos y talleres basados en el acompañamiento, la formación académica y el proceso psicoeducativo, fortaleciendo hábitos, técnicas, habilidades, herramientas y actitudes para la vida; uno de ellos es el curso de preparación para el examen COMIPEMS dirigido a los jóvenes del Pueblo de Santa Fe. Este programa se enfoca en las materias curriculares del examen con docentes especializados en dichas áreas, brindando un entorno de confianza para reforzar los aprendizajes adquiridos en nivel secundaria y practicar con exámenes simulacro para evaluar su progreso.

Con el objetivo de brindar información clara y honesta sobre este examen, se ofrece un acompañamiento cercano a lo largo del curso con las y los tutores y el estudiantado centrado en sus intereses, pasiones y habilidades, más allá de ceder a la presión social de seguir un sistema escolarizado que, a menudo, no se adapta a los perfiles de las juventudes. Los principales enfoques de este curso son el trabajo para superar el rezago educativo, actividades para desarrollar habilidades socioemocionales, participación en actividades sociales y culturales. De tal suerte que, las juventudes encuentren en la Educación Media Superior escolarizada, una vía para consolidar su proyecto de vida más allá de los obstáculos que limitan el acceso y en goce pleno de sus derechos.

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