Las oportunidades del futuro deben construirse en tiempo presente.

La etapa de los clichés sobre grupos poblacionales a quienes se les atribuye ser el futuro del país necesita transitar a la atención actual con políticas públicas que fortalezcan el acceso a sus derechos.

Niñas, niños y adolescentes requieren acompañamiento alejado de esquemas asociados con la meritocracia, que genera desigualdades en la distribución de oportunidades.

En la Ciudad de México se han modelado estrategias que buscan hacer la diferencia entre las familias, en particular aquellas más vulnerables a la deserción escolar por motivos económicos.

Desde 2019 se establecieron apoyos económicos para 1.2 millones de estudiantes, entregados de manera igualitaria a través de Mi Beca para Empezar. Hasta antes de ese año existía la beca “Niños talento”, otorgada a quienes cumplían con promedios superiores a 9, criterio que acentuaba las diferencias entre beneficiarios y aquellos que no lo eran.

Esta semana, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reconoció al Gobierno de la CDMX por el programa de apoyo económico, pues durante la pandemia representó una ayuda para que muchas familias satisficieran sus necesidades básicas. “Hace la diferencia”, mencionó el representante del organismo de la ONU en México, Luis Fernando Carrera.

Las estimaciones del organismo internacional indican que en ese periodo un 50 por ciento de las familias recortó sus ingresos, por lo que el 75 por ciento de los fondos de las becas fueron para alimentación.

La educación es presente y eje de la transformación de las y los niños. Mi Beca para Empezar, operado por la Secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, y que alcanzó rango constitucional con el impulso de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, revela liderazgo y vanguardia internacional.

El esquema rompió con los paradigmas del mérito para universalizar el apoyo. Igualdad y acceso a derechos es la base. En el mundo no existe un programa similar; hay esfuerzos notables, aunque no asociados a instituciones de gobierno o basados en premiar logros académicos.

En zonas rurales o barrios desfavorecidos de ciudades de Bangladesh, El Salvador, Guatemala y Burkina Faso, el programa Becas para Ella, constituido por donaciones de particulares de todo el mundo, llega a niñas de entre 12 y 17 años. Children International, con Fondo de Becas HOPE, brinda apoyos para la compra de artículos como uniformes, zapatos o libros para que puedan asistir a la escuela.

Ampliar las oportunidades de educación de niñas, niños y adolescentes es central hoy para garantizar que pueden elegir y diseñar su proyecto de vida, como lo es generar políticas públicas preventivas que les alejen de adicciones o actividades delictivas.

El futuro es presente, y desde la CDMX se moldea.

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