El presidente López Obrador gobierna para dos países: un México incondicional y un México enemigo.

Esta doble visión antagónica y contradictoria quedó ejemplificada una vez más en la aprobación de SU presupuesto en la Cámara de Diputados. Donde el gobierno de un solo hombre denigró a lo que él llama burlonamente “el bloque conservador”, integrado por la coalición PAN, PRI y PRD con la sumatoria de MC, al que negó cualquier posibilidad de negociación, tal cual establece incluso la norma constitucional; él gobierna para su mayoría y se olvida que en una verdadera democracia, deben considerarse y respetarse las minorías. Pero más aún, el presidente menosprecia a su propio partido y sus legisladores al exhibirlos como una manada de borregos de obediencia ciega y, sobre todo, absolutamente incapaces de adicionar o tal vez enriquecer la orden fulminante proveniente del Palacio Nacional: “lo aprueban sin cambiarle ni una sola coma. Punto”.

Es este también un presupuesto de venganzas. Qué casualidad que las reducciones por miles de millones de pesos se dispararon con tiros de precisión contra el Instituto Nacional Electoral y el Poder Judicial, que en varios momentos se han negado a obedecer las consignas imperiales emitiendo resoluciones que no solo han incomodado sino provocado las iras gástricas presidenciales.

Pero lo más preocupante, es que el presupuesto aprobado no propende a la recuperación económica del país luego de los estragos de la pandemia y de las pésimas decisiones y políticas públicas desde el poder federal. El presupuesto 2022 es fundamentalmente electorero. Razones las hay:

-Al privilegiar sus programas sociales, que son principalmente el reparto de dinero, con la etiqueta de su gobierno, AMLO está propiciando un triunfo arrollador en las urnas de la consulta de Revocación de Mandato que sus huestes han rebautizado como “Ratificación”.

-A pesar de mantener todavía una mayoría en aceptación de las encuestas, esta disminuye paulatinamente mientras crecen, aun entre sus seguidores, los cuestionamientos a sus decisiones de gobierno. Por eso le urge ganar contundentemente su consulta.

-No es casual, sino causal, su recorte al INE. Se trata de una jugada maquiavélica —hay que reconocerlo— en la que AMLO ganará de todas todas en su perinola magistral: si las cosas no resultan será por el boicot perverso del INE; si gana, de acuerdo a la lógica más elemental, pregonará a los cuatro vientos un triunfo heroico a pesar de los intentos golpistas del árbitro electoral.

-Todo, encaminado a prolongar su mandato hasta el 2030, con escala en el 2024, con una presidenta sumisa e incondicional.

En tanto, nos quedamos con un presupuesto carente de las grandes urgencias económicas, financieras y hasta humanitarias del país: cero reactivación y estímulos a pequeñas y medianas empresas; 15 millones de desempleados y nuevos pobres; el despilfarro en obras inútiles como Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya; las mentiras sobre el control de la inflación —que rebasará el siete por ciento— y un crecimiento económico inalcanzable del 4 por ciento; en paralelo, sin seguro popular, ni estancias infantiles, ni medicinas para nuestros niños con cáncer.

Pero eso sí, un presupuesto efectista para ganar elecciones. Esa es la prioridad de nuestro gobierno.

Periodista.
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