No sé si López Obrador lo escribió o solo lo ha tenido en su cabeza. Pero todo va saliendo como él ha querido. Es la crónica de una guerra anunciada. Y los objetivos, su ruta crítica, se va cumpliendo paso a paso: golpear al INE; desacreditar al INE; debilitar al INE. Solo falta saber si se cumplirá su meta final: matar al INE. Y el propósito ulterior, resucitarlo en un Frankenstein sumiso para que garantice la victoria del Presidente, mediante un candidato de “obediencia ciega” en 2024; es decir, la prolongación del mandato lopezobradorista hasta 2030, por lo menos. Nada de irse a La Chingada.

Alguien podría calificar el libreto presidencial como una genialidad política; otros como una artimaña deleznable; algunos más, como una perversión obsesiva y enfermiza. Cada quien sus adjetivos comprobables en su momento. Lo que sí es posible desde ahora es hacer un recuento memorioso de los años y meses recientes para dimensionar este conflicto político diseñado en las alturas. A ver:

-Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de la República en 2018, con una mayoría contundente y reconociendo la limpieza y eficacia del proceso electoral. Lo cual incluía al INE como árbitro encabezado desde entonces por Lorenzo Córdova, ahora estigmatizado como el enemigo público número uno del régimen.

-Lo que ocurre es que Córdova tiene los temperamentos bien puestos y siempre se resistió a una sumisión total y a un autoritarismo avasallante, con una mayoría en el Congreso a cuyos diputados y senadores les ordena públicamente y sin recato alguno aprobar sus iniciativas sin cambiarles ni una sola coma.

-Tal vez el momento de mayor confrontación fue el rechazo del INE, refrendado por el Trife, al registro de Salgado Macedonio como candidato al gobierno de Guerrero. Bien se sabe que López Obrador puede tener muchos defectos, pero entre sus virtudes está la de una fidelidad absoluta hacia quienes considera sus amigos, aliados o acreedores. Aunque se trate de delincuentes.

-Normalmente, la Revocación de Mandato es a solicitud de Congresos, partidos u organizaciones sociales. Que se sepa, ninguna de estas entidades en este país la ha solicitado. Ha sido el propio presidente López Obrador quien la ha impulsado en búsqueda de un enorme beneficio político: demostrar que “el pueblo bueno” no solo quiere que siga gobernando, sino que lo haga con el mismo presidencialismo autocrático. Por cierto, aquí cabe la pregunta: ¿si las encuestas le dan una aceptación de 60%, para qué rayos una consulta de Revocación de Mandato?

-En el guion del Presidente el punto crucial es cuando ordenó a sus incondicionales de Morena en el Congreso que recortaran en cinco mil millones el presupuesto del Instituto Nacional Electoral.

-Por ello el INE ha sostenido que requiere al menos 3,800 millones para la consulta y que no los tiene, por lo que ha decidido posponerla.

En respuesta, el Presidente ha volcado todo el aparato morenista, incluyendo legisladores, gobernadores y medios de comunicación contra el INE.

El conflicto escala también oralmente: “Lamentable y penosa la decisión del INE”: AMLO. “Hay quienes no saben los costos… o sabiéndolos mienten y descalifican vulgar y arteramente”: Córdova.

Cierto que faltan las últimas palabras del Trife y la Suprema Corte. Pero me parece que el siguiente capítulo debiéramos escribirlo todos: #YoSoyelINE.

Periodista.
ddn_rocha@hotmail.com

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