Escribía hace apenas unos días en este espacio que enfermarse resulta cada vez más caro en México. La salud pública está en crisis y persiste el problema del desabasto de medicamentos.

A pesar de ello, el presupuesto para el sector va a disminuir en 2023. De acuerdo con el paquete económico enviado por la Secretaría de Hacienda a los legisladores, el dinero destinado a la compra de medicinas se reducirá en casi 15 por ciento con respecto al monto aprobado en 2022. Solamente en el ISSSTE pasará de 20 mil 29 millones a 14 mil 751 millones de pesos. Esto representa una disminución del 26 por ciento.

En el caso de las afectaciones que generaron los sismos de hace cinco años, la noticia es que en este 2022 se cerrará el Programa Nacional de Reconstrucción. Los daños alcanzaron a casi 900 municipios en diez estados del país y aún se requieren 600 millones de pesos en vivienda para atender casos complicados. Hay también, por ejemplo, cientos de alumnos de una secundaria en Pichucalco, Chiapas, que no tienen todavía aulas. Los trabajos aún no están concluidos, pero el presupuesto destinado para ello sí.

En contraste, la Secretaría de Turismo tendrá un aumento presupuestal de 115 por ciento en el próximo año. Contará con 145 mil millones de pesos que serán destinados casi en su totalidad (92 por ciento) a la construcción del Tren Maya.

La abundancia también llegará a la refinería de Dos Bocas. Esta obra recibirá más de 47 mil millones de pesos en 2023. Inicialmente se dijo que costaría en total 8 mil millones de dólares, pero apenas este agosto Pemex pidió 6,470 millones de dólares más para su construcción. Es un incremento de 72% respecto a lo planteado originalmente. Ahora se entiende por qué quedó desierta la licitación lanzada por las autoridades en 2019. Ninguna empresa le entró porque el presupuesto era insuficiente. La salida entonces fue asignarle la obra a la Secretaría de Energía y el resultado es que la refinería aún no está lista y todavía no sabemos cuánto nos va a costar.

Para saber en qué es más urgente gastar se requiere de un diagnóstico certero. Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), encargado de generar los datos para llegar a ese diagnóstico, tendrá una disminución de 15.4 por ciento en su presupuesto para 2023.

Mientras tanto, siguen las graves deficiencias en la medición de los resultados de los programas sociales. El próximo año se prevé destinar 600,321.9 millones de pesos a 16 de estos programas, pero no hay claridad sobre la eficiencia que han tenido para realmente impactar de manera efectiva entre los más desfavorecidos. Lo que sí está claro es que la pobreza no ha dejado de aumentar en México. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2018, había 52 millones de pobres en nuestro país. La dolorosa cifra creció a 55.6 millones de personas en 2020. Este año son ya más de 58 millones.

Para colmo, preocupa la posibilidad de que vengan recortes presupuestales en 2023 por lo optimistas que han sido los pronósticos de la Secretaría de Hacienda. Aún con el difícil entorno global, la creciente inflación y la lenta recuperación luego de la pandemia, el paquete económico prevé un crecimiento del 3 por ciento.

Por lo pronto, la realidad es que muchas personas han caído en pobreza alimentaria por el aumento en el precio de la canasta básica. Atender de manera eficiente a esas familias tendría que ser la prioridad.

@PaolaRojas

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