Fueron muchas las advertencias en torno al fentanilo y su potencial para convertirse en uno de los más graves problemas de salud en los Estados Unidos. Este opioide fabricado en laboratorio y utilizado para tratar dolores intensos, ha alcanzado niveles de adicción alarmantes debido a una creciente distribución ilegal en toda la Unión Americana. Su efecto es hasta cincuenta veces más fuerte que el de la morfina y una pequeña dosis puede ser letal. Hace ya años que es considerado como una epidemia, pero en 2021 captó la atención masiva al superar todas las cifras de muertes por sobredosis. Ese año cobró más de 107 mil vidas en la Unión Americana.

Según el Centro de Estadísticas de la Salud Estadounidense, en los últimos veinte años las muertes por sobredosis han aumentado 850 por ciento, por lo que era previsible que el fentanilo se convertiría también en un asunto de seguridad. De acuerdo a cálculos de la DEA , con las dosis incautadas a los grupos criminales habría sido posible terminar con toda la población de su país. De ese tamaño es la amenaza.

En México no hay cifras claras sobre su uso y nivel de letalidad. Carlos Galicia, consultor de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, explica que es muy difícil contabilizar las muertes que se dan específicamente por consumo de fentanilo. Él mismo pone el foco en el daño que está droga causa a las mujeres, quienes se han convertido en el grupo de mayor riesgo.

Muchas relatan que empezaron a consumir fentanilo sin saberlo. Y es que los vendedores suelen mezclarlo con otras drogas para generar la inmediata adicción y con ello expandir el mercado, por lo que hay miles de personas que nunca lo eligieron, pero hoy no pueden dejarlo.

Son también mujeres quienes encabezan muchos de los esfuerzos en el norte del país para atender el aumento en el consumo de fentanilo. El fenómeno se concentra en la franja fronteriza. Desde ahí piden con urgencia contar con naloxona, un fármaco que bloquea los químicos de los opioides y evita que se adhieran a los receptores del sistema nervioso. En Estados Unidos se ha convertido en el antídoto que ha salvado miles de vidas. Su venta en ese país es libre; se consigue en farmacias, se distribuye en escuelas de California y se reparte entre la población vulnerable.

Según l a Organización Mundial de la Salud , la naloxona no tiene efectos adversos. Además de Estados Unidos, se vende libremente en países como Canadá, Reino Unido, Australia e Italia. Sin embargo, en buena parte del mundo es de difícil acceso y solo los médicos pueden adquirirla.

En México, quienes atienden a adictos a través de organizaciones de la sociedad civil en ciudades como Tijuana, reciben algunos donativos de naloxona desde Estados Unidos, pero no son suficientes. El consumo de opioides está aumentando y sin los fármacos adecuados la rehabilitación es sumamente difícil.

El tema ya está en el Senado. Desde la Comisión de Salud se ha asegurado que pronto se va a liberar la venta de naloxona para que pueda ser adquirida en farmacias sin necesidad de receta médica. Eso puede hacer la diferencia en las zonas del país donde la crisis por fentanilo es creciente. No esperemos a que de este lado de la frontera sean también miles los muertos para empezar a actuar.


@PaolaRojas

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