Por: Vivian Heredia y Ornela Garelli

La responsabilidad extendida del productor (REP) es una condición indispensable para establecer una verdadera economía circular en México y para acabar con la contaminación por plásticos y el resto de nuestros problemas de residuos desde la raíz. Sin este principio rector en la ley, lo demás es solo discurso.

Por ello, desde la Alianza México sin Plástico (AMSP) estamos demandando al Senado de la República -que en estos días está elaborando el dictamen para modificar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR)-, que incluya la REP, de modo que podamos asegurar su efectiva implementación.

La responsabilidad extendida del productor es una herramienta de política ambiental que pone énfasis en la responsabilidad que tienen las empresas (productoras, fabricantes, importadoras, comercializadoras de plásticos) en los impactos ambientales de los productos que ofrecen en el mercado. Implica que dichas empresas asuman su parte en la gestión de los residuos que sus productos generan al final de su vida útil, pero también que avancen hacia esquemas circulares que eviten la generación de este residuo en primer lugar. Lo anterior mediante el re-diseño, la reutilización, la remanufactura, la reparación, el reciclaje, etc.de sus productos, para evitar que se conviertan en residuos. Los acuerdos voluntarios no son suficientes.

Reiteramos: estos acuerdos voluntarios no han sido suficientes para que el país cuente con la infraestructura necesaria para el efectivo reciclaje de materiales. Por otro lado, y a pesar de que existen acuerdos voluntarios previos, el acopio es insuficiente y en algunas regiones del país es prácticamente nulo. Si queremos empezar a resolver el problema de los residuos es indispensable asignar a más responsables de estas actividades. El presupuesto asignado al gobierno para estas actividades no es ni ha sido suficiente, y aún si pretendiéramos que sí lo fuera, ese presupuesto, debemos recordar, es resultado de nuestros impuestos, por lo que actualmente estamos obligando a que sea la sociedad quien asuma todos los costos por la generación de los residuos de productos que vende la industria.

Nuestra demanda consiste en involucrar al sector industrial en la generación de infraestructura y el acopio de materiales para su reciclaje. Esto sería una manera de interiorizar los costos que se generan por los residuos de los productos que colocan en el mercado; costos que actualmente pagamos todos.

En la actualidad, la LGPGIR mantiene el principio de la responsabilidad compartida, la cual implica que todos los actores involucrados, empresas, gobiernos y sociedad civil, compartan responsabilidades en la solución de la contaminación por plásticos. La REP no sustituye a la responsabilidad compartida, al contrario, la complementa. Es cierto que todas y todos tenemos una responsabilidad que cumplir para poner fin a este problema ambiental, sin embargo, dichas responsabilidades deben responder a la naturaleza y capacidades de cada actor.

Es responsabilidad de los poderes públicos legislar y establecer políticas públicas en la materia; la ciudadanía debe reducir su consumo de plásticos desechables, optar por mejores hábitos de consumo y tirar la basura en su lugar; y las industrias deben asegurarse de que los productos que ponen en el mercado, y con los que hacen cuantiosas ganancias, no contaminen nuestro planeta. Las empresas deben hacerse cargo de esta responsabilidad y dejar de culpar a la gente por el problema, ya que son las empresas las que deciden qué productos podemos encontrar en el supermercado, en qué empaques y envases, no la ciudadanía. Nuestras responsabilidades jamás van a ser equiparables.

Las y los senadores de la Comisión de Medio Ambiente del Senado, con el senador Raúl Bolaños-Cacho como su presidente, tienen la responsabilidad en sus manos para incluir la REP en el dictamen que en estos días se encuentran elaborando para modificar la LGPGIR. Ya que sin responsabilidades claras, ambiciosas y vinculantes para la industria no podremos acabar con la contaminación que generan los plásticos de un solo uso, productos expresamente diseñados y comercializados para tirarse después de pocos usos. Las empresas deben contribuir a gestionar estos residuos, porque se enriquecen con su venta y no es justo que se laven las manos al momento de hacer frente a las externalidades negativas que estos ocasionan, como lo es la contaminación de nuestros ecosistemas y los daños a nuestra salud. Las empresas deben ofrecer a las personas consumidoras opciones reutilizables, libres de plástico y de otros productos de un solo uso, para que sean de fácil acceso para todas y todos. Solo así podremos alcanzar un México sin Plásticos.

Senadores ¿legislarán a favor del planeta y de la gente o ayudarán a la industria del plástico a evadir su responsabilidad y seguir contaminando? El dictamen que presenten dejará ver claramente, sin riesgo de falsa interpretación, cuál es su respuesta.

*Miembros de la Alianza México Sin Plástico.

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