El 2020 ha sido un año muy importante para la lucha contra la contaminación plástica, lleno de avances pero también de grandes retrocesos. Por una parte, ha habido nuevos avances en diversos estados y municipios del país para prohibir diferentes plásticos de un solo uso. Como ejemplo está la Ciudad de México, la cual inició el año con la primera fase de su prohibición, dirigida exclusivamente a las bolsas plásticas (la segunda fase entra en vigor en enero de 2021). Otros ejemplos son Quintana Roo y Oaxaca. En el primer caso, las bebidas embotelladas en plástico ya no podrán venderse en islas y áreas naturales protegidas del estado, mientras que en el segundo caso a la prohibición de las botellas de PET se añadió la de los contenedores de unicel y otros desechables, poniendo en jaque a grandes empresas que producen o comercializan plásticos, como las refresqueras.

Por otro lado, el surgimiento de la pandemia por COVID-19 en este año planteó nuevos retos a esta lucha ambientalista. El oportunismo de la industria plástica y la incertidumbre de la misma emergencia sanitaria llevaron a un incremento en el uso de plásticos y a nuevos embates de esta industria que ha pintado a los plásticos como los salvadores de la pandemia. Ante esto, desde Greenpeace y la Alianza México sin Plástico (AMSP) salimos a denunciar los intentos de la industria por revertir las prohibiciones estatales, proveyendo evidencia científica sobre cómo el SARS-COV-2 puede permanecer activo en superficies plásticas hasta por 6 días, tumbando el argumento de que los plásticos evitan contagios.[1] De igual forma, llamamos a la población a usar opciones reutilizables, que cuidan nuestra salud, ya que al lavarlas adecuadamente garantizamos su higiene, y que además no generan residuos.[2]

Hacia los últimos meses del año, la lucha por proteger nuestro Planeta de la contaminación plástica se ha visto con mayores obstáculos. El 18 de noviembre el Senado de la República aprobó fast track una reforma a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), que incluye el co-procesamiento como un método aparte de la incineración, otorgando a la industria cementera el control total de la gestión de los residuos municipales. Esto es terrible, dado que la incineración/co-procesamiento está detrás de grandes afectaciones medioambientales y para la salud humana. Esta situación se ha visto agravada con la aprobación de este dictamen en el pleno de la Cámara de Diputados el 15 de diciembre, en un nuevo albazo. Diversas organizaciones de la sociedad civil buscamos presentarles nuestras alertas a la Comisión de Medio Ambiente pero nunca se nos concedió la oportunidad. Una vez más las fuerzas políticas y económicas del país han mostrado su colusión en detrimento del medio ambiente y de la gente.

Por si esto fuera poco, hacia finales de noviembre, la Comisión de Medio Ambiente del Senado preparó un dictamen para modificar la LGPGIR en el tema de plásticos de un solo uso que pone la culpa por la contaminación en la ciudadanía en lugar de asignar responsabilidades a las empresas, quienes son las que ponen los plásticos en el mercado.[3] Dicho dictamen también pone en peligro los avances logrados en los estados, significando un retroceso. En Greenpeace salimos a denunciar este dictamen, llamando al Senador Raúl Bolaños-Cacho, presidente de dicha Comisión, a legislar por el medio ambiente y no por intereses particulares.[4]

Después de la presión pública, el Senador Bolaños accedió a reunirse con la Alianza México sin Plástico (AMSP) y con Greenpeace, en una sesión en línea donde le presentamos, una vez más, nuestras principales preocupaciones y argumentos para modificar el dictamen en comento. Como resultado de esta reunión, el senador se comprometió a no dar un albazo a la sociedad civil, es decir, a no aprobar ningún dictamen sobre plásticos sin antes recibir e integrar las propuestas ciudadanas. Asimismo, se comprometió a impulsar un grupo de trabajo entre la Alianza y la Comisión para trabajar en los insumos técnicos que recojan las principales demandas de la sociedad civil.[5] El año ya está a unos cuantos días de terminarse, pero seguiremos pendientes del cumplimiento de estos acuerdos cuando las sesiones legislativas sean retomadas.

No obstante los retos mencionados, el 2020 ha visto también un incremento en la conciencia ambiental de muchas personas, la pandemia por COVID-19 ha puesto de manifiesto que debemos replantear la relación que tenemos con la naturaleza, porque no puede haber salud en un planeta enfermo, no puede haber bienestar sin que vivamos en armonía con el resto de los seres vivos y ecosistemas. Esperamos que el 2021 sea el año que finalmente nos traiga una reforma legislativa que garantice un México sin Plásticos.

*Ornela Garelli es especialista en consumo responsable y cambio climático en Greenpeace México.

[1] Véase la denuncia de Greenpeace ante el oportunismo de la industria https://www.greenpeace.org/mexico/noticia/8609/alerta-greenpeace-mexico-sobre-oportunismo-de-fabricantes-de-plasticos/

[2] Véase la declaración de expertos (as) llamando al uso de reutilizables, incluidos los equipos de protección personal. https://www.greenpeace.org/mexico/noticia/8789/expertos-as-en-salud-llaman-a-utilizar-equipos-de-proteccion-personal-epp-reutilizables/

[3] Véase “Las tres cosas que NO debe contener la reforma a la ley sobre gestión de residuos.” https://www.greenpeace.org/mexico/blog/9337/las-tres-cosas-que-no-debe-tener-la-reforma-a-la-ley-sobre-gestion-de-residuos/

[4] Véase “Senador Bolaños, de ti depende un México sin plásticos” con mayor información sobre nuestra acción a las afueras del Senado https://www.greenpeace.org/mexico/noticia/9331/senador-bolanos-de-ti-depende-un-mexico-sin-plasticos/

[5] Aquí más información sobre los acuerdos y compromisos asumidos por el Sen. Bolaños con la AMSP https://www.greenpeace.org/mexico/noticia/9343/no-habra-albazo-en-regulacion-de-plasticos-promete-bolanos/

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