El 30 de noviembre de 2022, la firma OpenAI lanzó ChatGPT, marca generalizada a partir de las siglas en inglés Chat Generative Pre-Trained Transformer.

“Hemos entrenado un modelo llamado ChatGPT que interactúa de forma conversacional. El formato de diálogo hace posible que ChatGPT responda a preguntas de seguimiento, admita sus errores, cuestione premisas incorrectas y rechace peticiones inapropiadas”.

Este chatbot es un programa informático basado en Inteligencia Artificial (IA) que es capaz de sostener una conversación fluida con un usuario de internet.

Ese hecho admite ser considerado como un parteaguas en la historia de la y, posiblemente, lo sea también en el futuro de la humanidad, como señala Steven Levy en la revista Wired.

ChatGPT representa un gran modelo de lenguaje, el cual es ajustado mediante técnicas de aprendizaje tanto supervisadas como de refuerzo.

“Hemos entrenado este modelo con el método RLHF (Reinforcement Learning from Human Feedback), al utilizar los mismos métodos que en InstructGPT, pero con ligeras diferencias en la configuración de la recogida de datos. Entrenamos un modelo inicial mediante un ajuste fino supervisado de la recogida de datos. Entrenamos un modelo inicial mediante un ajuste fino supervisado: instructores humanos de IA proporcionaron conversaciones en las que interpretaban a ambas partes: el usuario y un asistente de IA. Dimos a los formadores acceso a sugerencias escritas por el modelo para ayudarles a componer sus respuestas. Mezclamos este nuevo conjunto de datos de diálogo con el conjunto de datos InstructGPT que transformamos en un formato de diálogo”.

La expansión de ChatGPT ha sido tan acelerada como exitosa. El 4 de diciembre de 2022, a cinco días de su lanzamiento, ChatGPT ya contaba con 1 millón de usuarios.

El 14 de marzo de 2023 fue lanzado GPT-4, una versión superior de ChatGPT.

El 6 de noviembre, OpenAI estimó que, en promedio, cada semana 100 millones de personas utilizan ChatGPT, cuyo acceso se encuentra restringido en China, Rusia, Irán y parte de África.

No pocos investigadores y expertos en IA, informática y han considerado la pertinencia de analizar el posible impacto de ChatGPT con lo dispuesto en la prueba de Turing, tema de particular culto en la filosofía de la IA.

En 1950, Alan Turing propuso esa prueba en el ensayo “Computing Machinery and Intelligence”, publicado en la revista Mind.

Turing concibió el juego de la imitación como una forma indirecta de formular la pregunta: “¿Pueden las máquinas pensar?”.

En la formulación original del juego, dos testigos, uno humano y otro artificial, intentan convencer a un interrogador de que son humanos a través de una interfaz de solo texto.

Turing pensaba que la naturaleza abierta del juego, en el cual los interrogadores podían preguntar sobre cualquier cosa, podría representar una prueba contundente de inteligencia.

La prueba de Turing ha inspirado un animado debate sobre aquello que mide y qué tipo de sistemas podrían ser capaces de aprobar la prueba

Turing originalmente sugirió que la máquina debía convencer a un evaluador, después de 5 minutos de conversación, el 70% del tiempo, la máquina habría pasado la prueba.

Esta prueba no evalúa el conocimiento de la máquina en cuanto a su capacidad de responder preguntas correctamente, solo se toma en consideración la capacidad de generar respuestas similares a las que daría un humano.

A finales de noviembre, un sitio web en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, dio amplia difusión a un interesante paper realizado por dos académicos en la Universidad de California en San Diego, Cameron Jones y Benjamin Bergen: Does GPT-4 Pass the Turing Test? en el cual evaluaron si ChatGPT ha superado el test de Turing.

“El mejor GPT-4 superó la prueba en el 41% de las partidas, por encima de los valores de referencia establecidos por ELIZA (27%) y GPT-3.5 (14%), pero por debajo del azar y del valor de referencia establecido por los participantes humanos (63%). Las decisiones de los participantes se basaron principalmente en el estilo lingüístico (35%) y los rasgos socioemocionales (27%), lo que respalda la idea de que la inteligencia no basta para superar la prueba de Turing”.

Kurzweil había vaticinado que en 2029 la IA podría superar el test de Turing. La investigación realizada por Jones y Bergen parece haber confirmado que ChatGPT no ha conseguido superar la referida prueba.

Más allá de cualquier polémica relativa al test de Turing y ChatGPT, su introducción ha modificado drásticamente el panorama de la innovación tecnológica.

Mientras que las criptomonedas, Web3 y el metaverso todavía tendrían que pasar del relativo entusiasmo que han generado en determinados nichos geek a la adopción en el mercado masivo, ChatGPT sencillamente les adelantó, con lo que se afirmó como el asunto prioritario para las Big Tech y la esperanza inmediata para reactivar el crecimiento de Silicon Valley, el cual resultó severamente castigado por las secuelas de la pandemia.

En el mes de octubre, Marc Andreessen, fundador de Netscape, destacado inversor de riesgo y célebre “aceleracionista tecnológico”, contagiado por el formidable desarrollo de ChatGPT, publicó el "Manifiesto Tecno-optimista", en el cual expresó profundo entusiasmo por la tecnología, los mercados y el capitalismo, a los que considera determinantes para impulsar a la humanidad hacia un futuro cualitativamente mejor.

Andreessen objetó la “ideología del estancamiento”, la cual “teme los avances y apuesta por preservar el mundo tal como existe hoy”. Andreessen, autorizado vocero de poderosos intereses en Silicon Valley, objeta los peligros que supone la IA superinteligente, con lo que cuestiona además los temores relativos al formidable avance de OpenAI.

ChatGPT provocó que las gigantes de la tecnología dieran prioridad a sus operaciones e investigaciones en torno de la IA generativa, la cual es considerada por no pocos expertos en Silicon Valley como la mayor oportunidad de negocios desde la introducción del iPhone en 2007.

Como respuesta inmediata a OpenAI, Google, por ejemplo, se vio en la necesidad de salir de su prolongado letargo y su alarmante chatarrización, y procedió a colocar resúmenes escritos por IA en la parte superior de sus resultados de búsqueda, con lo que mermó las considerables ganancias obtenidas por publicidad

Google además adoptó las medidas necesarias para transformar a DeepMind en una unidad operativa centrada en el producto.

Google en realidad no estaba atrás de OpenAI en materia de IA generativa. Google sencillamente decidió proceder con mayor cautela, al tomar en consideración posibles riesgos y daños.

El 21 de marzo Google empezó a extender invitaciones a las personas interesadas en usar Bard para ingresar a una lista de espera.

Bard es el bot conversacional de IA de Google, alimentado por LaMDA (Language Model for Dialogue Applications) o Modelo de Lenguaje para Aplicaciones de Diálogo que “aprende” (machine learning) de los datos públicos y de la web.

El 17 de noviembre, la junta directiva de OpenAI decidió destituir a Sam Altman. Ello provocó una revuelta de empleados e inversores. Microsoft, designada como "la empresa copiloto" por su director ejecutivo Satya Nadella, no vaciló en abrir las puertas a Altman, quien finalmente fue reinstalado en OpenIA.

De la breve revuelta al interior de OpenAI, Microsoft, el mayor inversor de la firma, mostró estar más interesada en Sam Altman que por OpenAI.

Incluso Meta parece decidida a dar prioridad al empleo de la IA generativa para estimular mayor participación en las redes sociales y mayor efectividad en los esfuerzos en materia de publicidad, con lo que relega al metaverso a un segundo plano.

Amazon podría aprovechar el dominio que ha establecido en la computación en la nube a través de su filial Amazon Web Services y lograr una posición dominante en la IA generativa.

La semana pasada, en el marco del evento AWS, Amazon dio a conocer el lanzamiento de Amazon Q, un chatbot de IA que opera como un asistente generativo impulsado por IA.

“Se puede adaptar a su negocio conectándolo a los datos, la información y los sistemas de la empresa, algo sencillo con más de 40 conectores integrados. Los usuarios empresariales (como especialistas en marketing, directores de proyectos y programas y representantes de ventas) pueden tener conversaciones personalizadas, resolver problemas, generar contenido, tomar medidas y más. Amazon Q sabe a qué sistemas puede acceder, por lo que puede hacer preguntas detalladas y matizadas, y obtener resultados personalizados que incluyen solo información que están autorizados a ver.

Con el asistente de voz Alexa, Amazon fue líder en la anterior generación de IA conversacional. Los asistentes personales con IA, referidos hace unas semanas por Bill Gates, representan una estupenda área de oportunidades para Amazon.

Gates considera que, en un plazo no mayor a cinco años, los asistentes personales inteligentes podrán reemplazar a los sistemas operativos tradicionales, y serán capaces de ejecutar tareas ordinarias a través de instrucciones verbales o comandos de textos.

Los sistemas de IA podrán reconocer nuestras preferencias y rutinas, y responderán de forma eficiente a nuestras solicitudes.

A principios de noviembre, Elon Musk presentó “Grok”, el irreverente chatbot de IA con el cual pretende competir con ChatGPT.

Musk afirmó que Grok puede obtener información de inmediato a través de X. Ello representa la ventaja competitiva frente a otros modelos de lenguaje.

Apple sigue siendo la Big Tech más rezagada en la carrera de IA que inició con la introducción de ChatGPT. En 2023 el mayor lanzamiento de producto de Apple en 2023 fueron los auriculares Vision Pro de próxima generación, en lugar de IA.

Apple acostumbra esperar a que la tecnología emergente y la demanda pública observen estrecha correspondencia para incorporar sus propias innovaciones, las cuales suelen proporcionar un valor agregado a los usuarios.

Apple debe estar realizando sus propias investigaciones en materia de IA si pretende seguir siendo la marca más valiosa en el mundo.


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