Este viernes 12 de enero las calles que delimitan el Zócalo capitalino cambiaron de vehiculares a peatonales. Aunque de por sí ya es noticia, no es sorpresa en un sector de la CDMX donde no pocas vialidades llevan décadas como espacio exclusivo para los ciudadanos de a pie.

Calles como Madero, Motolinía, Gante o Regina cambiaron el asfalto por adoquines y los vehículos por caminantes en diferentes épocas, momentos que la registró en sus páginas.

Así lucía la calle de Gante hacia el cruce con Madero alrededor de 1974, poco después de finalizar el programa de remodelación urbana del entonces DDF. Crédito: Colección Villasana.
Así lucía la calle de Gante hacia el cruce con Madero alrededor de 1974, poco después de finalizar el programa de remodelación urbana del entonces DDF. Crédito: Colección Villasana.

La llegada del STC Metro permitió remodelar el Centro

Tal y como relata el cronista , con base en la prensa de inicios de los años setenta, durante la primera mitad del siglo XX la intensa actividad comercial de la colonia Centro aceleró el deterioro de la zona.

Exceso de carteles publicitarios, tráfico acaparado por interminables filas de autobuses y asfalto en mal estado eran la realidad de toda persona que intentara cruzar el primer cuadro de la capital, ni hablar de “visitarlo”, porque no había atractivo para el turismo o la recreación en sus calles.

De acuerdo con Villasana, el libro Remodelación urbana explica que el buen funcionamiento del Metro, estrenado en septiembre de 1969, ayudó a descongestionar las calles y facilitó el acceso a la zona para la mayoría de la población. A eso se debe que “peatonalizar” el Centro Histórico fuera viable.

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En aquel entonces no existía el concepto de peatonalización, por lo que la cobertura de El Gran Diario de México mencionaba el “adoquinamiento” de la zona, y era necesario explicar también que el arroyo quedaría al mismo nivel de la acera.

La céntrica calle de Gante, entonces de doble sentido, en una fotografía de 1972. Al fondo se ve el cruce con Francisco I. Madero. Colección Villasana.
La céntrica calle de Gante, entonces de doble sentido, en una fotografía de 1972. Al fondo se ve el cruce con Francisco I. Madero. Colección Villasana.
La calle de Gante remodelada tras el cierre al paso vehicular. Además del uso peatonal, se aprovechó el espacio con jardineras, árboles y arrietas: la herrería que las rodea. Colección Carlos Villasana.
La calle de Gante remodelada tras el cierre al paso vehicular. Además del uso peatonal, se aprovechó el espacio con jardineras, árboles y arrietas: la herrería que las rodea. Colección Carlos Villasana.

El proyecto de 1973 fue iniciativa del entonces regente del Distrito Federal, Octavio Sentíes, quien expresó tener el objetivo de “devolver al centro de la ciudad la personalidad que ha perdido”, de modo que la población percibiera una ciudad más limpia a la cual integrarse y donde se sintieran como en casa.

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Fue ese mismo año que se instalaron los “faroles de aspecto antiguo”; se creó la plazoleta frente a Bellas Artes, con todo y el nuevo estacionamiento subterráneo; se instalaron las jardineras y árboles; se remodeló la Alameda Central; se ordenó moderar la publicidad para resaltar la arquitectura; y se amplió la calle de Tacuba.

En la época de los Juegos Olímpicos de México 68, afuera del antiguo estacionamiento del Palacio de Bellas Artes colocaron banderas de los países participantes. A la izquierda se alcanzan a ver carros por la extinta calle Ángela Peralta, entre la Alameda y el palacio, que hoy también sirve como andador peatonal. Colección Villasana.
En la época de los Juegos Olímpicos de México 68, afuera del antiguo estacionamiento del Palacio de Bellas Artes colocaron banderas de los países participantes. A la izquierda se alcanzan a ver carros por la extinta calle Ángela Peralta, entre la Alameda y el palacio, que hoy también sirve como andador peatonal. Colección Villasana.

El director general de Obras Públicas del DF, arquitecto Joaquín Álvarez Ordoñez, le comentó a EL UNIVERSAL que la intención del regente era “realzar la belleza de la metrópoli” y estimular el cariño de la ciudadanía por su ciudad a través del remanso que sería el nuevo Centro Histórico.

La remodelación del 73 sólo entregó al dominio del peatón las calles de Gante, Motolinía y Filomeno Mata, pero dejó el precedente de adoquinar las banquetas de Madero, 16 de septiembre, Palma, 5 de mayo, Tacuba y los portales del Zócalo

La calle de Madero en 1973, cuando aún no era peatonal pero estrenaba adoquines de color rosa. Colección Carlos Villasana.
La calle de Madero en 1973, cuando aún no era peatonal pero estrenaba adoquines de color rosa. Colección Carlos Villasana.

Nuevas calles peatonales en el nuevo milenio

En marzo de 2009 los comerciantes de Regina, a seis calles de la Torre Latinoamericana, reconocieron que ésta paso de ser una vía insegura y poco iluminada a un andador que atraía a la clientela todo el día.

El Corredor Peatonal Cultural Regina, va de las calles de 20 de Noviembre a Aldaco y representa una inversión 54.6 millones de pesos. Marzo de 2009. Foto: David Jaramillo/EL UNIVERSAL.
El Corredor Peatonal Cultural Regina, va de las calles de 20 de Noviembre a Aldaco y representa una inversión 54.6 millones de pesos. Marzo de 2009. Foto: David Jaramillo/EL UNIVERSAL.

De nuevo, el Gobierno del DF (GDF) puso en marcha un proyecto de regeneración urbana con que Regina, Alhóndiga (desde Izazaga hasta República de Guatemala) y la propia avenida Francisco I. Madero se “peatonalizaron”.

Como es de imaginar, el proceso fue gradual. En Madero, por ejemplo, no fue sino hasta el último fin de semana de agosto de 2009 que capitalinos a pie reemplazaron automóviles, pero la medida se implementó sólo durante fines de semana el resto de aquel año.

*Con información de Johana Robles, Mónica Archundia y Carlos Villasana.


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