A más tardar este jueves se conocerán las listas finales para las candidaturas al Congreso de la Unión, posiciones que serán clave ante la presencia en el espacio legislativo de las reformas constitucionales que propuso , suficientes para cambiar las estructuras del poder como se conocen y con alto riesgo de aplanar el camino hacia un régimen totalitario.

En Morena, que preside Mario Delgado, esos nombramientos se habían retrasado por una negociación interna, o mejor dicho una lucha intestina, para cubrir las diferentes cuotas entre los recomendados del Presidente, los afines a la candidata Claudia Sheinbaum, las “corcholatas” presidenciales, los llamados “puros” e incluso los recientemente convertidos morenistas.

Se asegura que, al menos a dos de los exgobernadores priistas que cooperaron con la 4T en las pasadas elecciones, se les asigne una curul por la vía plurinominal; se trata de Alejandro Murat, de Oaxaca, y de Alfredo del Mazo, del Estado de México. De confirmarse su candidatura harían equipo como candidatos al Senado con el exjefe de la policía capitalina, Omar García Harfuch, la yucateca Verónica Camino, el extitular de Profeco, Ricardo Sheffield, y el doctor Carlos Lomelí.

Por esa misma vía se espera la llegada del excanciller Marcelo Ebrard a la Cámara Alta, quien se apresta a convertirse en coordinador de los morenistas; en tanto, el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el zacatecano Ricardo Monreal aterrizarán en la Cámara de Diputados sin necesidad de hacer campaña, como recompensa por cerrar filas con Sheinbaum tras la contienda interna. Adán se encontrará ahí muy probablemente con un viejo amigo: el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, quien busca hacerse de fuero por la vía del PAN.

Las listas de los partidos que conforman el frente opositor son individuales. Por el PAN, el líder Marko Cortés y el excandidato presidencial Ricardo Anaya se perfilan como futuros senadores. El excandidato presidencial regresará al país luego del autoexilio que se impuso ante los cargos que le imputaron por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho.

La lista del PAN la completan el exsecretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña; el mexiquense Enrique Vargas, la legisladora Lilly Téllez, el veracruzano Miguel Ángel Yunes y la poblana integrante del llamado “Yunque”, María Teresa Aranda.

Del lado de los priistas, el líder nacional Alejandro Moreno y la secretaria general, Carolina Viggiano, se aseguraron los primeros lugares en la lista de plurinominales para la Cámara Alta; también se perfila el arribo de Manlio Fabio Beltrones a una de esas curules. En el caso de los diputados, los priistas apuntalan a figuras como el extitular de la SEP, Aurelio Nuño, Sylvana Beltrones y el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira.

Por su parte, Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, busca convertirse en el grupo parlamentario decisivo en el Congreso federal, con perfiles como la experredista Alejandra Barrales, el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, y la excanciller Claudia Ruíz Massieu. También, apostando a subir el rating de la contienda, el movimiento naranja invitó a buscar el Senado a la polémica alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, y al actor y empresario, Roberto Palazuelos; lo hizo igualmente para la Cámara de Diputados con la deportista Paola Longoria y la actriz Rocío Banquells.

Por cierto, fueron algunos de estos últimos nombres los que ocasionaron que la senadora Patricia Mercado abandonara la vocería de la candidatura presidencial de Jorge Álvarez Máynez; porque, aseguró, “hay decisiones del partido que me son ajenas y no puedo ser yo quien las defienda”, refiriéndose muy seguramente a la postulación de Cuevas y de Palazuelos. Parece que en MC se perdió la sororidad.

Ya se van viendo cómo estarán los pesos y contrapesos en el Congreso federal de cara al próximo sexenio, y a ver quiénes asumen total o parcialmente los liderazgos de las bancadas.

Posdata

Confirmado: el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, es un juguete electoral. En 2020, cuando fue extraditado a México, tuvo el privilegio de ser enviado a casa a cambio de una declaración que involucraba en presuntos delitos a unos 70 enemigos políticos de Andrés Manuel López Obrador; entre ellos, al candidato panista a la presidencia en 2018, Ricardo Anaya.

En los últimos meses de 2022, después de ser fotografiado comiendo pato pekinés en el restaurante Hunan, fue enviado a prisión para intentar lavar la imagen de corrupción e impunidad que empezaba a caer sobre el gobierno de la 4T. Y, finalmente, cuando AMLO y su movimiento necesitan dejar mal parado al Poder Judicial, otra vez el personaje ícono de la corrupción del sexenio anterior regresa a su domicilio, luego de que se le decretara un cambio de medida cautelar en el proceso relacionado con los sobornos de Odebrecht. Habrá que recordar que hay también indicios de que en la FGR habían ofrecido a Lozoya alejarlo de la cárcel, por lo que parece que estamos también ante una promesa cumplida.

@MarioMal

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