La violencia en Guanajuato está fuera de control. Tan solo el fin de semana pasado hubo 48 asesinatos en distintos puntos de la entidad. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Guanajuato reportó 3,558 asesinatos en todo el 2019, casi 8% más que el año previo. Esta cifra representa el 10% del total de asesinatos. Además, de acuerdo con el conteo de policías asesinados de Causa en Común, Guanajuato se encuentra a la cabeza: en el 2019 hubo 73 policías asesinados, lo que representa el 16% del total en el país y, en lo que va del 2020, han matado a ocho policías, la cifra más alta a nivel nacional.

Estas cifras reflejan lo que es vivir en Guanajuato. El miedo de verse atrapados en un fuego cruzado o no regresar a sus casas es una constante entre los habitantes. Desesperados, ciudadanos de esa entidad saldrán este 2 de febrero a pedir justicia, respeto a la vida y paz.

¿Qué ha pasado en Guanajuato? ¿A qué se debe esta escalada de violencia? Los orígenes se encuentran en la disputa por el mercado de combustible robado, mercado que se combina con otras actividades ilícitas como el secuestro; en la acreditada incapacidad de los gobiernos federal y estatal para desarrollar instituciones de seguridad y de procuración de justicias eficaces; y por la ausencia de cualquier estrategia o plan o definición en contra del crimen organizado. A pesar de que el Presidente dice que fortalecerá la supuesta estrategia en curso, con una mayor presencia de la Guardia Nacional, la realidad ha sido otra: ni hay estrategia, ni hay suficientes elementos de la Guardia para enfrentar el problema.

Hemos insistido en que la Guardia no va a alcanzar, y que es necesario rescatar a las policías locales, pero eso no parecen entenderlo en el estado. Estudios de Causa en Común evidencian algunas de las más notorias deficiencias e insuficiencias. De 2015 a 2017, la Comisión del Servicio de la Carrera Policial no sesionó en ninguna ocasión. En 2017 no se reportó ninguna baja por no haber aprobado el examen de control de confianza, a pesar de que un año antes hubo 12 mandos y 35 elementos que no aprobaron los exámenes. La policía estatal también ha reportado que no cuenta con un código de ética, mientras que la Academia de Policía reporta que no cuenta con stand de tiro, pista de manejo, casa táctica, ni comedor. De igual manera, la convocatoria de ascenso no contempla la evaluación de desempeño como criterio para la obtención de grado. En cuanto a la seguridad social, los policías no tienen un régimen complementario, como lo marca la ley.

En la conferencia de prensa matutina del lunes pasado, el Presidente reconoció que Guanajuato se ‘ha salido de lo normal’ y que ha habido un fuerte repunte en el número de homicidios. Además, agregó que reforzaría la presencia de la Guardia Nacional. Como ya se apuntó, no será suficiente y, por si fuera poco, Guanajuato no es, ni con mucho, el único foco rojo que tenemos. Buena parte del país enfrenta una terrible oleada de violencia, la cual no se detendrá con abrazos ni con cheques. Se requiere, primero, reconocer la magnitud del reto y luego, una firme voluntad política, que se traduzca en recursos presupuestales, humanos, técnicos y de infraestructura. Nada menos que eso logrará enfrentar a los criminales, reconstruir las instituciones policiales y de procuración de justicia, e implantar una verdadera política de prevención. Deseamos que nuestros gobiernos, el federal y los locales, nos sorprendan y nos demuestren estar a la altura del encargo que ellos nos pidieron asumir.



Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera

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