Este año se celebrarán 81 elecciones en el mundo, que incluyen ejercicios de democracia directa, como referéndum constituyente o de independencia.

En los años recientes se ha sostenido que la democracia peligra y que vamos caminando a su extinción. Esto se lo atribuyen a distintos motivos: desde la intromisión de noticias falsas (fake news), hasta el triunfo de extremas derechas. Me parece, sin embargo, que el debate debemos darlo en cuanto al buen gobierno y a los equilibrios que deben existir entre los mecanismos de democracia representativa y de democracia directa. Hoy se hace necesario releer y reflexionar los debates de los clásicos como Benjamin Constant y Kelsen, cuando se planteaban la crisis de la representación.

Si se elige a quien nos representa cumpliendo con los estándares de elecciones con integridad, la democracia no es la que falla, sino quienes nos gobiernan. Pero si la cidadanía deja de involucrase y entrega a la clase política el gobierno absoluto, también es una falla de la ciudadanía. Este año, no será la excepción, en 2020 seguramente habrá decisiones polémicas. Veremos jefaturas de estado y de gobierno electas en medio de dudas sobre su triunfo; conoceremos de grandes interrogantes sobre las gestiones entrantes y salientes. Atestiguaremos conformaciones de órganos legislativos incluyentes y otros oligárquicos. Atenderemos mecanismos de democracia directa que, sin duda, formarán parte de las agendas.

Algunos ejemplos: El pasado 11 de enero en Hong Kong, en donde después de más de 7 meses de protestas en las calles, la ciudadanía decidió ratificar en el cargo a Tsai Ing-Wen, luego de la polémica suscitada para exigir la retirada del proyecto de ley de extradición a China que acarreó más de 8 mil arrestos de manifestantes.

La elección que tiene todos los reflectores es la posible reelección del Presidente Trump. Los estadounidenses pueden ratificar la gestión del magnate o veremos si el procedimiento de impeachment tiene efectos negativos en las urnas, si este no se resolviera antes. El resultado todavía es reservado, ya que no existe una tendencia clara.

Existen interesantes motivos para voltear a ver lo que ocurra en América del Sur. En este mes Perú elegirá a los 130 representantes que suplan a la Legislatura disuelta por el Presidente Vizcarra, en un proceso extraordinario. En Bolivia se renovarán ambas Cámaras y se tiene previsto realizar una elección extraordinaria para elegir al Presidente, luego de los hechos ocurridos en la cuarta reelección de Evo Morales, que culminó en un exilio temporal y con la renovación de todo el órgano electoral. Chile decidirá, en una consulta, si deben redactar una nueva Constitución, y Venezuela renovará por completo su órgano legislativo.

En Europa debemos seguir la elección del Knesset (asamblea) israelí, así como de los órganos legislativo de Rumania, Nueva Zelanda y Serbia. Además de las consultas suizas, italianas y croatas. Especial énfasis habrá en la re-evaluación que se hará del Brexit. Otras elecciones a destacar son las de Egipto que, por primera vez, tendrá un congreso bicameral. Así como las más de 10 elecciones destacadas que habrá en el resto del mundo, en las que están incluidas Etiopía, Ghana, Corea del Sur y Burkina Faso.

Uno de los mayores retos que tienen estas elecciones es revertir el déficit en la representación de las mujeres en los Congresos. Se tiene que superar el 24.5% de mujeres parlamentarias que hay en 2020 (Unión Interparlamentaria), en donde Ruanda, Cuba y Bolivia ponen el ejemplo al estar por encima de la paridad estricta del 50% de mujeres legisladoras.



Catedrática de la UNAM.
Presidenta de “12624 Consultoras”.
@MC_ Alanis

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