La violencia es una de las principales preocupaciones de los mexicanos, igual aquella que se vive en las calles como la que tiene lugar tras las puertas de cada hogar.

La violencia es una plaga que afecta y golpea con mayor impacto a las mujeres .

La ONU informó que 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida, mientras que en México al menos 6 de cada 10 mujeres han enfrentado un incidente de violencia alguna vez, 41% ha sido víctima de violencia sexual y 9 mujeres son asesinadas al día.

La violencia silenciosa que sufren las mujeres en el hogar aumentó 60 por ciento en el contexto del gran confinamiento causado por la pandemia del Coronavirus . En este sentido, las llamadas de emergencia relacionadas con mujeres víctimas de violencia en el país aumentaron más del 30% en 2020, registrando 260,000 llamadas en comparación con las 198,000 ocurridas en el 2019.

La violencia de género es una pandemia que se ha ido extendiendo aún con las innumerables leyes, planes, programas y esfuerzos realizados por la sociedad civil, por lo que es necesario enfocar esfuerzos en tres grandes lineamientos: 1.- Crear una nueva cultura de la paz y la equidad desde la educación para inculcar entre las nuevas generaciones el gran valor que representan las mujeres en el progreso de nuestra sociedad. 2.- Seguir fortaleciendo los mecanismos de la justicia para cerrarle la puerta a la impunidad que lastima a las mujeres y a todos los mexicanos. 3.- Redoblar esfuerzos para que las mujeres encuentren mayores oportunidades de empoderamiento tanto en su vida personal, familiar y profesional.

En el centro de cualquier afán emprendido debe estar el respeto absoluto a los derechos de las mujeres en todos los espacios de la vida.

Sin embargo, es necesario trabajar en unidad para poder superar este enorme desafío, porque sólo unidos tendremos la fortaleza para acabar con la pandemia de la violencia que sufren las mujeres y que afecta el desarrollo de nuestro país.

La pluralidad y la diversidad son estandartes de esta lucha porque la enriquece con el concierto de visiones y la expresión de todos los puntos de vista.

Por supuesto que la voz de las mujeres debe escucharse con fuerza y debemos estar abiertos a que sus demandas sean manifestadas en la misma dimensión que tiene el problema de la violencia de género en México.

Diversos estudios han buscado establecer los costos de la violencia de género y, sobre todo, clarificar los beneficios de eliminar esta plaga que azota a la sociedad global.

Se calcula que la violencia contra las mujeres cuesta 4.4 billones al año mundialmente.

Por su parte, el Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM ubicó el costo económico nacional en 1.8 billones de pesos que representa el 1.4% del PIB. Dicha investigación advierte que al considerarse que sólo el 13% de las mujeres violentadas denuncia, el Estado se ahorra lo que 87% de mujeres no demanda en bienes y servicios, por lo que el costo sería mucho mayor si las mujeres denuncian y sus procesos se llevan a término.

Hasta el momento tenemos perfectamente claros el diagnóstico, la situación y los costos que genera la violencia de género. Pero ¿tenemos claros los beneficios de eliminarla?

Uno de los beneficios sin duda alguna sería el bienestar y la calidad de vida para las mujeres y sus familias, especialmente para las niñas y los niños, crecería la productividad económica y los niveles educativos, habría una reducción de las enfermedades de transmisión sexual, de enfermedades mortales, del abuso de drogas y sustancias adictivas y de embarazos no deseados, entre otras.

Enumerar los costos ha servido para generar conciencia, para visibilizar el problema y propiciar la acción, pero quizá sea necesario empezar a visualizar todos los beneficios que esta lucha colectiva traerá a México para poder mirar todos un mismo horizonte al cual dirigirnos como Nación.

La violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas, constituye el gran dique que está frenando el desarrollo de nuestro país. Quitarlo representa liberar todo el potencial de la sociedad mexicana hasta ahora encadenado a la pandemia de la violencia.

Pero no hay que desesperar:

“Cada día una mujer -o muchas mujeres- gana una batalla para la adquisición y conservación de su personalidad. Una batalla que para ser ganada, requiere no solo de lucidez de la inteligencia, determinación en el carácter, temple moral, astucia y, sobre todo, la constancia. Una batalla que al ganarse está gestando seres humanos más completos, uniones más felices, familias más armoniosas y una Patria integrada por ciudadanos conscientes para que quienes la libertad es la única atmósfera respirable y la justicia el suelo en el que arraigan y prosperan, y el amor el vínculo indestructible que los une”.

Así lo expresó en 1971, la escritora, poeta, periodista y precursora del feminismo en Latinoamérica, la extraordinaria Rosario Castellanos.

Las mujeres son el pilar de todas las familias mexicanas. Por eso, todos los mexicanos sin excepción debemos trabajar más unidos y más comprometidos para lograr que el papel de las mujeres en nuestra sociedad sea valorado, reconocido y respetado. Por el bien de México.

Senador

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