Me preguntan: ¿Cuál es el impacto económico de la eventual cancelación del Clausura 2020 (recordemos con Cruz Azul de puntero)? Y la respuesta es muy compleja, muestra demasiadas aristas explicando que los clubes tienen ingresos y obligaciones por asistencia; derechos de transmisión; patrocinios; mercancías; la compraventa de jugadores y gastos de operación.

De cancelarse en cada una habrían consecuencias legales y económicas, por dar algunas; en los abonos de una temporada que no se va a concluir, la venta de esquilmos; los derechos de transmisión; en el mismo tenor, se encuentran los patrocinios como el nombre de la Liga; las mercancías con la marca y desde luego los contratos de los jugadores, que se estima en más de 120 terminaran el próximo junio.

En un año y dos torneos (sin incluir la liga de Campeones de Concacaf), con base en el estudio de GEA de 2019, la Liga MX y el Ascenso MX representan el 0.4% del PIB de México.

Pronosticar cual al fin de año será el PIB de México en dólares está rudo, suponiendo que fuera de mil 200 millones de millones, entonces la cifra anual del impacto estimado anual sería de 30 mil millones y su cancelación (contemplando que quedaría trunca la Liguilla), en un 25%, el hoyo del impacto del fútbol en la economía nacional, sería de 7 mil quinientos millones.

De ese tamaño es la estimación de una probable cancelación del Clausura 2020 que le pega a muchos sectores de la economía y a sus inversionistas directos que ahora se debaten entre cancelar o no el ascenso. Pero es otro tema, que considerando lo escrito pudiera convertirse en historia de terror, muy pronto.

 
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