La intención de Morena de regular las redes sociales a través de una iniciativa de reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones presentada esta semana por el Senador Ricardo Monreal es un atentado contra la libertad de expresión. Esta iniciativa establece que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) sea quien autorice los términos y condiciones de las redes sociales y atienda las quejas de los usuarios. Su presentación causó tal revuelo en las propias redes y en medios de comunicación que el autor de la misma pospuso su discusión por dos semanas. Sin embargo, es menester hablar de ella y de la intención de censura que ésta refleja.

La iniciativa tiene un propósito político, ya que los legisladores de Morena entienden el papel determinante de las redes sociales durante el proceso electoral que se avecina. Para muestra basta un botón y es el caso de las reciente elecciones en Estados Unidos en las que el 62% de la población obtuvo información por esta vía. Además, en esa elección también se hizo visible el poder de las empresas tecnológicas, cuando decidieron suspender las cuentas desde donde Trump quiso armar una revuelta, hecho que Andrés Manuel calificó como un acto de censura y control.

En México, de acuerdo con cifras del IFT, 8 de cada 10 usuarios de Internet utilizan al menos una de estas redes sociales. A nivel nacional se estima que facebook cuenta con 85 millones de usuarios y twitter tiene unos 11 millones. Según estos datos, a principios del 2020 el porcentaje de la población con acceso a redes sociales alcanzó el 69%, cifra que seguramente incrementó con la pandemia. Ello explica la intención de censura de Morena y refleja que no están tan convencidos de los exitosos resultados que pregonan todos los días. En tan sólo dos años olvidaron la propia expresión que el presidente utilizó en campaña cuando calificó a las redes sociales como “benditas”, pues han sido estas, por ejemplo, el principal medio para evidenciar el pésimo manejo de la pandemia.

Hoy que Andrés Manuel ejerce el poder, pretende acabar con todos los recursos que él mismo utilizó durante los 18 años que estuvo en campaña, incluidas aquellas herramientas que contribuyen a garantizar el ejercicio de la libertad de expresión. Así lo reflejan los intentos por eliminar los contrapesos y aquellos instrumentos que obligan al gobierno a rendir cuentas. Han hecho pública más de una vez la intención de desaparecer al Instituto Nacional de Acceso a la Información y han cooptado a casi todos los otros órganos autónomos. Durante estos dos años también ha habido un constante golpeteo contra el Instituto Nacional Electoral a fin de debilitarlo, además de recortarle el presupuesto, buscando con ello limitar su capacidad de operar con eficacia. Los frecuentes cuestionamientos y descalificaciones a los medios de comunicación y a los comunicadores que mantienen cierta capacidad de crítica, pretenden generar un ambiente de terror que favorezca el control. Todo ello refleja el profundo desprecio que Andrés Manuel le tiene a un régimen democrático y de libertades.

La Secretaría de Gobernación dijo que hará un análisis comparado de las regulaciones de otros países para tomar decisiones sobre la legislación en México. Cabe apuntar que los únicos países donde se limita, regula y sanciona el uso de redes sociales son aquellos donde imperan regímenes autoritarios parecidos a los que este gobierno busca instaurar. Quererlos imitar pone en riesgo nuestra vida democrática, por ello debemos rechazar la aprobación de esta reforma a toda costa.

Consultora y Directora de LIMA Diversidad e Inclusión 
@lialimon 

Google News

TEMAS RELACIONADOS