Hace una semana, Marta Lamas dio una ponencia en el Senado de la República dentro del foro "Rompiendo paradigmas: educación sexual incluyente para la infancia y adolescencia". Imperdible. Con la claridad que la caracteriza, la feminista puso el punto sobre las ies. Cuando un tema como el aborto está tan presente, la polarización suele conseguir que dejemos de lado otros asuntos fundamentales. A través de su discurso, Marta Lamas consiguió recordarnos la urgencia del debate por una educación que aborde “temas sencillos pero que siguen siendo tabú, como la masturbación y el placer”, abonando así a no quedarnos solo en el aborto legal o antiaborto. Y aun así es polémico, pero aprovechemos entonces preguntarnos, ¿qué pasa con el resto de los derechos educativos o de salud? Pues pasa que andamos quedando mal a las mujeres hasta en el derecho más básico de la vida reproductiva. De los países de la OCDE , México estaba entre los primeros con mayor número de muertes por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto en la década pasada. A decir de la reconocida organización GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) dado que las causas que originan este tipo de muerte, todas, son evitables y tratables, la muerte materna es “la máxima expresión de la violencia obstétrica y un fiel reflejo de las múltiples violaciones a derechos humanos que enfrentan las mujeres en nuestro país”. De 2010 a 2019, según datos de la Dirección General de Epidemiología, la cifra de muertes maternas había logrado disminuirse de mil 477 a 874. Sin embargo, para 2020 se registró un aumento del 38% con respecto al año anterior, y para 2021 se volvió a registrar un incremento del 19%. El coronavirus pensaría uno. Pues sí pero no solo.

“No es falso pero se exagera” cuando los gobernantes achacan sus malos resultados al sexenio anterior, al quitapón de los dineros en los programas o bien, a la pandemia que atacó al mundo y que a la fecha no ha terminado. El famoso “nos cayó como anillo al dedo”. La mala noticia de que México ha sido, después de Brasil, el país con mayor número de muertes maternas por Covid, no termina ahí. Mientras las mujeres embarazadas y contagiadas con el virus representaron en 2020 y 2021 el 25 y el 42%, respectivamente, de las muertes maternas, el resto murió por causales, como mencioné antes, que se pueden prevenir o tratar: hemorragia obstétrica e hipertensión, edema y proteinuria en su mayoría, y una minoría por aborto.

La eficiencia del gobierno se vuelve a cuestionar cuando se observa que de 2018 a la fecha, el presupuesto entregado a través del P020 (programa que alinea recursos y acciones para cerrar las brechas existentes en materia de salud materna y perinatal, sexual y reproductiva) no fue ejercido en su totalidad más que en cinco estados del país: Estado de México, Oaxaca, Tabasco, Coahuila y Colima. Así lo afirma el reporte de la Auditoría Superior de la Federación hecho al Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva , y publicado a fines de junio pasado.

La ASF señala que los subsidios transferidos a las entidades federativas para el desarrollo de acciones en materia de salud materna, sexual y reproductiva presentaron un decremento promedio anual de 11.3%, al pasar de poco más de mil 401 millones de pesos en 2018 a casi 977 millones de pesos en 2021, y menciona que fue debido a un subejercicio por parte de los estados, quienes terminaron devolviendo dinero a la federación.

Y no es lo único. El organismo fiscalizador también encontró que el porcentaje de personas recién nacidas con prueba de tamiz metabólico neonatal (necesaria para detectar algunas enfermedades en el recién nacido) decreció en 3.7% en promedio anual, al pasar de un promedio de 84% en 2018 a 75% en 2021. Esto es que se aplicaron menos pruebas. ¿Por? Lo que sabemos es que no fue por falta de presupuesto. Esto es que las políticas públicas para la igualdad de género que se han venido creando no necesariamente cumplen sus objetivos debido a la ineficiencia de los organismos encargados. Esto es que los funcionarios no están haciendo bien su trabajo. En dos años de pandemia el caos cundió en el sector salud. Hay muchos datos que lo comprueban. Y si bien una pandemia de estas dimensiones puso al mundo de cabeza, queda claro que el desastre en el sector arrastrado de años antes, pero incluyendo este sexenio, dinamitó otros servicios. Del Seguro Popular al INSABI, del INSABI al IMSS Bienestar y mientras, que a los mexicanos se los cargue el tren. Las consecuencias alrededor del mal manejo de la pandemia por Covid no son pocas, este solo es un ejemplo. En este 2022 (para la semana 26) ya se cuentan 323 muertes maternas. Ninguna de esas muertes está registrada por contagio de Covid, todas esas muertes eran evitables. Los recursos no están siendo correctamente ejercidos. Hay un decremento sí, pero la mala noticia es que durante los próximos años nos seguiremos tropezando con más injusticias que los responsables recargarán en alguien más menos en su conciencia.

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