En cuatro días más dará inicio un nuevo año y dentro de un poco más de cinco meses tendremos una de las elecciones más importantes en la historia de nuestro país. Se dice fácil pero el mismo día -2 de junio del 2024- se va a elegir a quien será el presidente de la República por los siguientes seis años y, además, en el ámbito federal, se van a renovar en su totalidad las cámaras de Diputados y de Senadores, esto es, se van a elegir los 628 legisladores del Congreso de la Unión. En el ámbito local, también se van a elegir gobernadores en 8 entidades federativas y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; se renovarán todos los congresos locales con excepción del estado de Coahuila y más de dos mil ayuntamientos en 30 de los estados del país. En total, se van a elegir más de 20 mil cargos a nivel federal y local. El padrón electoral andará por arriba de los 97 millones de ciudadanos. Los electores al momento de votar estaremos evaluando al mismo tiempo lo que han hecho bien o mal tanto el gobierno federal como los gobiernos locales.

No existe ninguna duda de la importancia de la elección. Es mucho lo que está en juego, basta y sobra con mencionar que de la correlación de fuerzas que se dé en la integración de las cámaras, va a depender en mucho que el nuevo gobierno tenga los contrapesos necesarios para no poner en riesgo los avances democráticos que como sociedad hemos ido logrando en las últimas décadas.

Los comicios del próximo mes de junio no van a estar exentos de peculiaridades. Sobresalen dos de ellas: por primera vez se construyó una gran alianza entre los tres partidos políticos que tienen mayor antigüedad: el PAN, el PRI y el PRD, que durante mucho tiempo han sido (sobre todo PAN y PRI) rivales acérrimos. Los tres partidos irán en alianza en la elección presidencial, en 30 de las 32 elecciones de senadores, en casi la totalidad de los distritos electorales federales, y, en todas las entidades federativas que tienen elecciones locales. Otra peculiaridad se da en el hecho de que por primera vez todos los legisladores federales en funciones, diputados y senadores podrán optar por la reelección y más del noventa por ciento de ellos han manifestado su intención de buscarla.

Para salir bien librados del reto que representa un proceso tan grande y complejo, es indispensable que todas las partes cumplan con lo que les toca. El gobierno federal y los gobiernos estatales deben asumir su responsabilidad de generar las condiciones de paz y orden que se requieren y, con apego a la legalidad, garantizar la realización de las elecciones en todo el país. Los partidos políticos y los candidatos deben de contribuir al fortalecimiento de las autoridades electorales que tienen una compleja tarea y, hacer un compromiso explícito de respetar la legalidad durante todo el proceso.

En los últimos meses hemos podido percibir una sociedad desencantada y enojada. La mejor forma de manifestar nuestro desacuerdo con lo que estamos viviendo, es con nuestra participación responsable en un proceso electoral que marcará en definitiva el rumbo que seguirá nuestro país y el futuro de las próximas generaciones de mexicanos.

Abogado

@jglezmorfin

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