Hay una gran diferencia en las opiniones de los actores que intervienen en el desempeño político en la CDMX, acerca de lo que pasó con Morena el pasado 6 de junio y sus resultados en las elecciones. El Presidente López Obrador , carga la culpa por los malos resultados a la guerra sucia del conservadurismo. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum , señaló que fue producto de la campaña de desprestigio, en contra de su administración.

Pero las declaraciones más interesantes, son las del Senador Ricardo Monreal , quien define a la Ciudad de México , como progresista, libre, altamente politizada, independiente, sin dueño y con gente muy informada. Y a los resultados de la elección hay que considerarlos, como una llamada de atención a tiempo, sentenció.

En las redes sociales , hubo un esfuerzo por culpar del mal resultado a la Jefa de Gobierno, por ser la líder moral del partido en la CDMX y la encargada de la buena imagen local de la 4aT. Al grado de ya descalificarla de la posibilidad de participar en la selección de candidatos, para la Presidencia en el 2024.

Siempre que en una contienda electoral hay malos resultados (y aún con los buenos), debe realizarse un análisis de las causas. Pero más allá de buscarlas en lo exterior o en los adversarios, el primer ejercicio crítico , debe partir de adentro, de revisar las debilidades e incapacidades.

Sin duda son los resultados una llamada de atención, pero para todos. Para la sociedad que le significa la garantía de su fuerza, de que el voto sí cuenta y que, si participa, impone su voluntad. En este caso, generó el equilibrio que obliga al consenso y al acuerdo. Para los partidos políticos, es el llamado para organizarse mejor y para postular adecuados perfiles como candidatos, porque los ciudadanos, es cierto, cada día se informan mucho más.

Y para el régimen, debe ser un alto reclamo por la división en que tiene sumida tanto a la Administración Pública, como al aparato político. El fuego amigo pretende cargar la culpa completa a Claudia Sheinbaum, sin valorar cuántas manos hay metidas realmente en los esquemas de decisión.

En este espacio he señalado que al menos cuatro o cinco titulares de dependencias no acuerdan con la Jefa de Gobierno, por no ser de su equipo. Es el caso de la Directora del Sistema de Transporte METRO, que está callada, protegida y al margen de su responsabilidad en la pasada tragedia de la línea 12 , por señalar un ejemplo. En el trienio que está por terminar, hay varios Alcaldes con origen morenista, que no responden a los acuerdos con el gobierno central. Por lo que toca a la dirigencia local de Morena, no aporta a la Jefa de Gobierno, la suficiente base social, que ayude a legitimar sus decisiones.

¿A quién obedecen entonces estos actores? Desde el Palacio Nacional , pasando por el Gabinete Federal y las Cámaras del Congreso de la Unión, hay manos que mecen la cuna de la división interna.

Esta situación debe preocupar a todos quienes vivimos en la CDMX, porque del Gobierno depende la buena marcha de la seguridad pública, del mejoramiento en los servicios urbanos y de la solución de todo tipo de problemas, en suma, de la unidad de mando, depende la gobernabilidad.

¿Cuál es la primera lección que deben observar, para atender la recomendación del Senador Monreal?, simple, dejen que la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, asuma completamente el mando de la CDMX, que pueda integrar totalmente a su equipo de trabajo, no solo porque es su facultad, ella también es responsable de las decisiones que toman.

Deben fortalecerle como líder del Gobierno, porque ahora enfrentará dos divisiones, la interna que insistirá en desgastarla con miras a la sucesión Presidencial y además con 9 Alcaldías gobernadas por la oposición. Con un Gobierno débil, quien sufrirá los efectos de estos dos frentes, será la sociedad, que no verá el rumbo claro. De lo contrario, en el 2024, que a nadie le extrañe que la 4aT pierda la capital y a su principal bastión.

Exgobernador de Hidalgo.