Hoy me doy una licencia. Pero, para hacerlo, escribo este artículo como si fuera un diplomático extranjero reportando a su capital sobre el proceso del Frente Amplio por México (FAM).

Ha corrido mucha tinta sobre la victoria de Xóchitl Gálvez. Dos de las narrativas predominantes han sido instigadas por el presidente López Obrador, con el apoyo de sus propagandistas. La primera es que un grupo de hombres impuso a una mujer como candidata. La segunda, replicada por algunos comentócratas serios, es que las cúpulas partidistas impusieron la candidata a las organizaciones ciudadanas que forman parte del FAM. Sin embargo, la secuencia de eventos, los datos y las evidencias demuestran lo contrario.

A diferencia de lo que afirma López Obrador, esos poderosos varones favorecían a otros hombres hasta que apareció una mujer que tomó a México y a ellos por sorpresa, entusiasmando a una oposición desesperada por un liderazgo fresco. Al final de un proceso barroco e imperfecto una mujer enormemente popular se impuso a los patriarcas, y no al revés. Esos mismos “machuchones”, líderes de los partidos que forman la alianza opositora, hicieron todo lo posible por mantener el control del proceso de selección del candidato. Partisanos, como es evidente, cada uno tenía un preferido de entre los miembros más conspicuos de su partido. Sin embargo, las organizaciones ciudadanas se empeñaron, resistieron y acabaron por forzar a los partidos a ceder una parte importante del control a expertos, observadores y a los electores mismos, mediante un método con depuraciones, encuestas, foros de discusión y, eventualmente, una consulta abierta que funcionaría como una primaria.

Prácticamente al mismo tiempo que el FAM llegaba a un acuerdo surgió un personaje que cimbraría, con ayuda del presidente, el proceso: Xóchitl Gálvez. De inmediato quedó claro la enorme simpatía que la senadora despertó entre la población. Su estilo desenfadado, espontaneidad, historia personal y su capacidad de responder al mandatario conquistaron de inmediato a muchos. La competitiva senadora daba finalmente esperanza a una oposición que lleva años en una larga travesía por el desierto. Uno a uno, los preferidos de las cúpulas fueron sucumbiendo ante el deseo mayoritario. Sin los ciudadanos, Xóchitl no habría triunfado. Al final, fueron ellos, los ciudadanos, quienes la impusieron a las cúpulas de los partidos y no al contrario.

Hay quienes también sostienen que la declinación de un contendiente es un hecho antidemocrático. A menos que sea resultado de un chantaje o amenaza, es todo lo contrario. Es un acto de nobleza y generosidad, sirve para salvar cara y ayuda al proceso de sanado. Ocurre continuamente en países con largas tradiciones de primarias. En todo caso, el retiro de Beatriz Paredes ha tratado de ser explicado de distintas maneras. Su notable emergencia había generado la expectativa de una poderosa movilización del PRI en su favor durante la consulta. Unos afirman que ello no iba a ocurrir y que el partido trató de evitar la vergüenza de evidenciar su debilidad. Otros señalan que la posibilidad de que Paredes prevaleciera en la consulta generó temor tanto en el PAN como incluso en el propio PRI, aunque por distintas razones. Ambas teorías son plausibles pero mutuamente excluyentes. La maquinaria priista no puede ser poderosa y endeble al mismo tiempo. Resultan más creíbles, en cambio, quienes sostienen que había un gran riesgo de que Morena y el gobierno reventaran el proceso. De ser así, el FAM habría madrugado al oficialismo. Como sea, es la primera vez en casi 100 años que el PRI no nomina a un candidato propio.

Sin sorpresas, López Obrador calificó al proceso como una farsa y acusó a la “mafia del poder” de imponer a su candidata. Pero, ¿hay alguien que piense que el presidente no habría dicho lo mismo si se hubiera celebrado la consulta? El método acordado por el FAM fue muy ambicioso y complejo. Se cometieron muchos errores aunque haya sido un experimento muy provechoso. Y, en efecto, hubiera sido mejor que se desarrollara en su totalidad. Pero de ahí a afirmar que los partidos traicionaron a dos millones de ciudadanos que podrían haber participado en la consulta hay un largo trecho. ¿Cómo se traiciona a millones de ciudadanos eligiendo a la aspirante que querían la mayoría de ellos?

Diplomático de carrera por 30 años, fue embajador en ONU-Ginebra, OEA y Países Bajos

@amb_lomonaco

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