Durante la Convención de Río de Janeiro en 1994, también conocida como Cumbre de la Tierra, se aprobó el Convenio Marco Internacional del combate al cambio climático. La primera COP fue celebrada en la ciudad de Berlín, en 1995.

En diciembre de 2015, 191 países aprobaron en París un acuerdo de suma de esfuerzos y acciones para frenar el daño a la ecología a través de mantener la temperatura media del planeta por debajo de los 2 grados centígrados.

El objetivo principal de la Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés), es limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados, frontera que la comunidad científica establece para evitar consecuencias altamente destructivas. Cabe señalar que el dióxido de carbono (CO2) es el principal gas invernadero liberado por la quema de combustibles fósiles.

Científicos mundiales afirman que la temperatura del planeta aumentó 1.1 grados centígrados y los efectos climáticos comenzarán a darse en forma no lineal, es decir que el calor extremo propiciará mayores daños por ciclones tropicales, con inundaciones más intensas que podrían ocasionar que países enteros quedaran bajo el agua.

En la actual reunión en Escocia de la COP-26, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que los bosques son también la manera en que la naturaleza captura el carbono, sacando el CO2 fuera de nuestra atmósfera. En este sentido, se comprometió a cumplir el compromiso de reducción de emisiones de Estados Unidos a través de un proyecto de Ley de Presupuesto que liberaría 555 mil millones de dólares para gastos climáticos.

México, por su parte, se sumó a la propuesta de frenar la deforestación de los bosques antes del 2030. De acuerdo con la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, nuestro país se integra de manera formal a este tratado que también busca detener y revertir la degradación de la tierra.

Según Global Forest Watch, sólo en 2020 la destrucción de bosques primarios aumentó 12% respecto al año anterior. Únicamente en Brasil, este fenómeno provocó un aumento de 9.5% en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Es de suma importancia sustituir las fuentes de energía contaminantes por sistemas energéticos limpios en los sistemas de transporte y la actividad industrial. Eliminar el uso del carbón como fuente de generación de energía requiere de la participación de la ingeniería y los sectores privado, público y social para la creación e implementación de nuevos proyectos.

Actualmente, en México se ha dejado la responsabilidad a los legisladores y políticos en la creación de leyes y reglamentos, sin la participación de los ingenieros.

Por ello, es momento en que los ingenieros debemos ser más colaborativos en la creación de propuestas normativas sustentables y en la revisión de las leyes actuales para que sean más severas y se contribuya a detener el deterioro ambiental.

La ingeniería debe buscar los mecanismos adecuados para lograr una mayor presencia en foros internacionales como la COP-26. Asimismo, tiene que plantear e impulsar propuestas mediante el uso de energías renovables, así como estrategias para reducir el consumo de agua de las empresas y una correcta eliminación de residuos tóxicos. También, parte de su labor será enfocarse en evaluar y mejorar la movilidad en el mundo, así como plantear acciones sustentables que coadyuven en aliviar al planeta.

Coordinador del Comité de Desarrollo Urbano Sustentable del Colegio de Ingenieros Civiles de México, A.C.
Email: ing.jorge.jimenez.a@gmail.com
Twitter: @Ing_JJimenezA

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