Un piloto hecho a la usanza inglesa: dentro de la pista, rápido y combativo, explosivo por momentos; fuera, elegante y diplomático, bueno para hablar. Así es el británico George Russell, volante de 27 años nacido en King’s Lynn, ciudad portuaria de menos de 36 mil habitantes. Está firmando su mejor temporada en Fórmula 1: Cuarto del campeonato, con una victoria en la temporada y cinco poles position entre 2024 y 2025. Aun así, no tiene contrato para la próxima campaña.
El vínculo de Russell, quien tiene en la estructura de Mercedes casi una década, vence a finales de la presente temporada, y aunque todo parecería estar en el mejor momento para extender su estadía en las Flechas Plateadas, en donde por fin lidera al equipo después de la partida del siete veces campeón del mundo Lewis Hamilton, una circunstancia parecería ensombrecer el futuro: Max Verstappen luce como una ficha disponible en 2026.
Para Russell, las cosas están bastante claras: Renovar sí o sí. Sabe lo duro que ha sido encontrar la forma para ganar, con dulces y amargas. Desde pasar años duros en Williams, ver cómo se le escapaba su primera victoria con Mercedes en Sakhir 2020 (que ganaría Checo Pérez), el tonto choque en Singapur que lo dejó fuera del podio en 2023, o un fin de semana de ensueño en el pasado Gran Premio de Canadá, en donde se llevó la pole el sábado y la victoria el domingo.
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Por otro lado, Verstappen lo ha ganado todo en Red Bull, con cuatro títulos de pilotos en un equipo que lo ha convertido en su piedra angular. Sin embargo, con la partida de elementos clave, como el mejor diseñador de autos en la historia, Adrian Newey (hoy en Aston Martin), o su director deportivo Jonathan Wheatley (hoy, en Sauber), las cosas en RB no pintan bien para 2026. La llegada de Ford como proveedor de unidad de potencia parece complicada, con rumores que insisten en problemas de potencia y fiabilidad. El contrato de Max expira en 2028, pero con cláusula de salida si no le dan un buen auto.
La caída en rendimiento de RB es lo que más acercaría a Verstappen con Mercedes, y su jefe de equipo, Toto Wolff, nunca ha negado los deseos de fichar al tetracampeón neerlandés. El dinero no sería problema para una escudería acostumbrada a pagar salarios altos, como los de Schumacher en su momento o el del mismo Hamilton, quien se fue de las Flechas de Plata ganando 55 millones de dólares al año, nada comparado con los 15 que cuesta Russell o los dos que vale el contracto actual del debutante de 18 años Andrea Kimi Antonelli. Si Max llegara al equipo, Mercedes tendría que superar —o al menos igualar— su actual salario de 65 millones y darle, al menos en el papel, un auto superior al RB.
Pero para Max no sería —al parecer— la única oferta sobre la mesa, ya que Aston Martin no sólo le tendría un mega salario, sino también la oportunidad de sumar otras dos variables más que tentadoras: Newey y el motor Honda, con los que ha ganado sus campeonatos.
Russell tendrá que esperar a que la llave para decidir su futuro dé la vuelta o no, y depende de a dónde quiera ir el campeón.
@jorgedialogante
