Hasta 2018, el piloto australiano se había construido una carrera en ascenso en Fórmula 1, en donde se dio el lujo de abandonar Red Bull para marcharse a Renault y después a McLaren. Un lustro después regresa a la estructura del equipo de Milton Keynes, con su gran sonrisa, la cual había perdido, pero el pasado reciente parece no justificarla.

¿Acaso se ríe de lo siguiente?

¿De prácticamente irse de Red Bull por la puerta de atrás en 2018 ante la amenaza del recién llegado Max Verstappen, en torno a quien el equipo ya se estaba construyendo?

¿De ser seducido por el canto de las sirenas del entonces jefe de equipo de Renault, Cyril Abiteboul, de no ser un “segundón” en RB mientras podía ser el piloto número uno con un contrato de 50 millones de euros por temporada y en donde hasta su escudería anterior insinuó que su sueldo era desproporcionado?

¿De traicionar al mismo Abiteboul cuando Renault buscaba por todos los medios darle un auto competitivo, para irse por dinero a McLaren, donde aún cuando su salario base anual bajó a 10 millones de euros los bonos por cada vez que subiera al podio eran de 400 mil o un millón por ganar una carrera, según Business Book, lo cual podría haberle dado hasta 100 millones en tres años, recordando que su contrato era por dos, con un tercero a renovar?

¿De no rendir en McLaren y ser superado por Lando Norris con un desastroso 2022, en donde logró 37 puntos y su compañero de equipo 137?

¿De que al final McLaren pago 21 millones de dólares para que se marchara de la escudería y poder fichar a su compatriota Oscar Piastri?

¿De que Red Bull, equipo del que se fue por no querer ser un “segundón” lo contrató como su tercer piloto, cuando ya nadie lo quería?

¿De llegar a AlphaTauri, en sustitución de Nyck De Vries, porque ante el cambio de nombre en 2024, pueda subir su valor y a la vez sacarlo del último lugar del campeonato de constructores, además de lucir mejor ante patrocinadores?

¿De intentar amenazar el lugar de Sergio Checo Pérez, porque después de cinco años fuera de Red Bull, según él “es el equipo en donde realmente quiere estar”?

El tiempo dirá si la sonrisa de Ricciardo tiene razones para mantenerse, o si una vez más, será una mueca efímera ante los resultados.

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