Muchas y muchos estamos preocupados por la situación de nuestro país, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pobreza en México aumentó 9.1 puntos en 2020 y pasó de 41.5% a 50.6% de la población. Hablamos de que más de la mitad del país vive debajo de la línea de pobreza y esta es una cifra para alarmar a cualquiera.

Si le sumamos la falta de políticas públicas enfocadas a romper los ciclos de pobreza y reactivación económica nos damos cuenta de que estamos en un grave problema, revertir lo que se ha hecho en los últimos años probablemente nos tome una década, pero todas aquellas personas que están viviendo en pobreza necesitan de nosotros ahora. Aunque no solo es este sector, también necesitan apoyo e impulso los grupos vulnerables en México.

A veces cuando leemos las noticias y vemos cifras, nos sentimos abrumados por tantas cosas que urge resolver, muchas veces este sentimiento nos hace pensar que no está en nuestras manos poder hacer la diferencia. Sin embargo, podría ser todo lo contrario. Si cada uno de nosotros aportáramos un granito de arena es posible hacer la diferencia para muchas personas.

Entonces, ¿cómo podemos colaborar a lograr un mejor México? Son muchas las formas y podemos empezar por lo que está en nuestro ámbito más cercano de competencia, eso incluye hacer las cosas bien. Así que imagina, ¿qué pasaría si cada uno de nosotros hiciéramos lo que nos corresponde? Si tiráramos la basura en los basureros, si pagáramos sueldos justos, si no intentáramos colarnos en la fila, si tratáramos con dignidad y respeto a todas las personas con las que nos cruzamos, si no nos estacionáramos en lugares prohibidos, si no fomentáramos la corrupción.

¿Qué pasaría si nos hiciéramos conscientes de las distintas formas de violencia que usamos todos los días? Ya sean pasivas o activas, e hiciéramos un esfuerzo por erradicarlas. Así, en nuestros entornos más cercanos construiríamos paz y respeto. Tal vez si fuéramos más empáticos con quienes convivimos y nos tomáramos las cosas menos personales.

Pero, de hecho, estas acciones sí dependen de cada uno de nosotros. Ahora que estamos a punto de entrar en el cierre de año, es momento para evaluar y reflexionar, podemos pensar en cómo nosotros colaboramos o no a lograr el México que anhelamos. Inclusive las nuevas acciones podrían ser tus grandes propósitos de Año Nuevo que no solo impactan la vida personal sino en cada uno de los ambientes en los que te mueves.

Por tanto, es de suma importancia resaltar que estos actos, los cuales funcionan de forma inmediata en el día a día, modifican de forma positiva la vida de muchas personas, aunque hay también otras muchas acciones con las que puedes apoyar a quienes más lo necesitan.

Así que elige tu causa, ¿qué mueve tu corazón?, hay tantos rubros como ideas para apoyar y todas son válidas e importantes. Busca qué organización trabaja ese tema, investiga cuántos años llevan trabajándolo; si puedes, visita sus instalaciones, habla con las personas a las que atienden y también con las que trabajan ahí, ve si comulgas con sus valores y la forma que tienen de resolver el problema que a ti te preocupa.

Y una vez que encuentres la organización con la que te identificas, dona. Porque cada peso que tú brindes, esa organización lo multiplica a través de su trabajo. Al final del año, ese mismo peso valdrá mucho más que si se lo hubieras dado a alguien en un semáforo. Incluso, si está en ti seguir ayudando, apúntate como voluntario y comparte tu talento con la organización. Vive de forma más cercana la transformación que está sucediendo gracias a tu apoyo.

También otra forma de colaborar es consumiendo en negocios locales, directamente a artesanos o fundaciones que vendan productos con causa. Que tus regalos esta Navidad estén envueltos de apoyo a otros, pon el ejemplo y sé la diferencia.

Recuerda que el conjunto de estos actos, juntas o por separado, son un factor para cada persona involucrada y para nuestro país en general. Este año 2022 sé un agente de cambio, conviértete en alguien que inspira a los demás apoyando a quienes más lo necesitan. Deja de ser parte del problema y empieza a ser parte de la solución, tus acciones son la diferencia.

Sobre la autora:

Jimena Cándano estudió la licenciatura de Derecho en la Universidad Iberoamericana. Obtuvo el grado de Maestría en Administración Pública, Organización Comunitaria y Transformación Social en la Universidad de Nueva York. Actualmente es la directora general de la Fundación Reintegra, que trabaja desde hace más de 38 años a favor de la justicia social a través de la prevención del delito. Tiene como misión cambiar historias de vida de niñas, niños, jóvenes y sus familias que viven en entornos de violencia y delincuencia, a través de programas preventivos y de reinserción social, para que puedan construir un proyecto de vida positivo convirtiéndose en Agentes de Paz. Juntos aportan a la construcción de una cultura de legalidad y paz para nuestro país.

Acerca de Fundación Reintegra:

Fundación Reintegra es una organización que trabaja desde hace más de 38 años a favor de la justicia social a través de la prevención del delito. Tiene como misión cambiar historias de vida de niñas, niños, jóvenes y sus familias que viven en entornos de violencia y delincuencia, a través de programas preventivos y de reinserción social, para que puedan construir un proyecto de vida positivo convirtiéndose en Agentes de Paz. Juntos aportan a la construcción de una cultura de legalidad y paz para nuestro país.

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