Contar con un sistema penitenciario que responda de manera óptima es una necesidad a nivel mundial, no es algo que preocupe y ocupe solo a México, es por eso que se han establecido algunos estándares nacionales e internacionales que tienen como fin primario revertir las tasas de actos delictivos y de personas en prisión. No se nace siendo “delincuente”.

Es fundamental lograr la compenetración de todos los actores involucrados en el ámbito de la prevención del delito y la reinserción social considerando todas las aristas que pueden ser determinantes en garantizar la seguridad del ciudadano, entiéndase que no nos referimos solo a aquel que puede ser propenso a ser “víctima”, sino también a quien ha adoptado la violencia como estilo de vida y no es consciente ni culpable de ello.

La reintegración de las personas que han cometido algún delito es parte de una de las tareas que tiene el Estado en función de garantizar la vida digna como uno de los derechos humanos primordiales de cualquier persona y además es fundamental para la sociedad ¿por qué? La respuesta es más sencilla de lo que parece, un proceso óptimo de reintegración disminuye la posibilidad de que aquellos que llaman “delincuentes” lleguen a ti para afectar tu bienestar.

En Fundación Reintegra , tras 35 años de labor, sabemos que la reinserción social es exitosa. Contamos con un programa llamado Reinserción de Adolescentes en el que se atiende a hombres y mujeres que cometieron un acto delictivo entre los 12 y 17 años 11 meses de edad; se busca impulsar el desarrollo de sus habilidades individuales, familiares y sociales a través de 5 ejes: actividades elaborativas-formativas, educativas-formativas, lúdico-recreativas, cultura comunitaria y prevención y cuidado de la salud. Además se les da asistencia jurídica durante su proceso para que puedan contar con una defensa justa.

El verdadero éxito de la reinserción radica en que sea integral para que realmente sea efectiva. Tan solo durante el 2018 con Fundación Reintegra atendimos e impactamos de manera directa e indirecta a más de 10 mil 160 personas en la colonia Guerrero y el Barrio de la Lagunilla en la Ciudad de México. Vale la pena destacar que aunado a este trabajo el Estado debe garantizar el derecho a la reinserción social y esta no concluye cuando la persona sale del centro penitenciario o cumple la pena o sanción adjudicada una vez que se dictó sentencia, es importante que posterior al cumplimiento de su condena el sujeto pueda ejercer su libertad, realización personal y la de su familia con un enfoque de prevención social.

La reinserción no ve la prisión solo como un espacio para internar al individuo, sino como una oportunidad para corregir su conducta y apoyarlo moral y materialmente. Lamentablemente esto no sucede así en el sistema penitenciario mexicano, entonces ¿tener buena conducta dentro del centro es suficiente? No, realmente no es una garantía de que se readapte ni tampoco de que vuelva delinquir.

Favorecer la reinserción social de quienes han incurrido en actos delictivos, es uno de los componentes centrales de una política penitenciaria preventiva integral y es el resultado de un proceso de participación de diversos actores públicos y privados, los cuales con una visión enfocada a un bien común diseñan e implementan programas y acciones encaminadas a asegurar el bienestar directo e indirecto del ciudadano. En Reintegra trabajamos para que día a día se sumen más personas que desde su forma de ver la vida nos ayuden a conformar políticas de reinserción social que garanticen los derechos humanos de quienes se reintegran y que evolucionen día a día para ser mejores.

Directora Ejecutiva de la Fundación Reintegra.

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