El sommelier Haddaoui Pérez Morgan dio una plática sobre la cata de vinos y tuve la oportunidad de vivir:

La magia de la consciencia de mis sentidos.

Me dejé llevar por el misticismo de la vid y comencé a explorar un nuevo horizonte de planeación:

El universo infinito de los viñedos.

Que se ha ido incrementando a nivel mundial de forma exponencial. El disfrutar de un buen vino, ya es parte de la vida diaria.

El Valle de Guadalupe en Ensenada, Baja California, ha ido creciendo con firmas de renombre, como lo es la Casa Pedro Domecq.

Muchos empresarios de Monterrey están invirtiendo en Valle de Guadalupe y Ojos Negros. También existen viñedos, que se encuentran en Querétaro, Guanajuato y Parras, Coahuila.

Sin embargo, si volteamos la mirada al viejo continente, podemos encontrar una infinidad de oportunidades de inversión.

Portugal produce los mejores vinos de la región del Douro. El territorio cuenta con los minerales, el clima, la lluvia, la altitud, la temperatura, entre otros factores, para la producción de una uva autóctona y privilegiada, que al convertirla en vino, nos da un sabor inigualable.

¿Qué es lo que da ese sabor tan especial a la uva?

La alquimia.

Todo empieza desde la selección de una buena vid, además de las técnicas de producción ancestrales, que dan un toque excepcional.

El gobierno portugués incentiva a los extranjeros a invertir, a través de beneficios fiscales.

Se otorgan Golden Visas, en función de la inversión, dan visas temporales y a los cinco años podrían convertirse en permanentes.

En Lisboa se concentra el poderío económico y comercial, donde la industria vinícola juega un papel muy importante.

Por eso, muchos de los inversionistas extranjeros, han establecido sus residencias en Cascais y Estoril, donde la calidad de vida es muy buena y queda a cuarenta minutos de la capital.

Y si se requiere de un costo de vida más accesible, está la ciudad de Braga situada al norte del país, con un clima muy frío en invierno y lluvioso.

En Lisboa se encuentra António Maçanita, Enólogo del Año 2018, por la Revista de Vinhos. Un espíritu libre, con un carácter muy intrépido y fascinante, que rompe con todos los esquemas.

Por su cosmovisión de la uva, lo considero un futurólogo de los viñedos.

Y eso es lo que se necesita, para crear un muy buen vino, el ser original y conocer la uva desde su producción.

Donde el sol, los ciclos de la luna y la luz de las estrellas, marcan la dirección de la cosecha.

Y el amor a la vid trasciende los obstáculos, para lograr la perfecta elaboración de los vinos de lujo.

Maçanita es productor y consultor de vinos, Fitapreta Vinhos (Alentejo), Maçanita Vinhos (Douro) y Azores Wine Company (Azores Islands). Acompaña al vinatero desde la producción, creación de la marca, diseño de imagen, en fin, durante todo el proceso.

Cuidando y orientando al productor, a la creación de una obra de arte, en cada botella de vino.

Basta con observar la sofisticación y la elegancia, que van de la mano, con un sabor exquisito.

Y además…

Muy innovador.

Así que si cuentas con el capital, los sueños y la intuición, el invertir en viñedos, es una muy buena oportunidad para correr el riesgo.

Y de recorrer el mundo.

Y como todo en la vida, comienza con una aventura, estoy segura, se te abrirán las puertas.

Hoy más que nunca, el mundo regresa a sus orígenes y desde la antigüedad el vino nos ha acompañado, a lo largo de nuestra historia.

Sería el regreso a una ruta milenaria.

Y sólo me queda decir:

¡Allá nos vemos!

¿Dónde?

Donde el destino nos lleve.

Adeus…

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